Si la palabra "jardín" te hace pensar en uñas sucias, plantas marchitas y ese momento en el que te das cuenta de que olvidaste regar la albahaca, no te preocupes, tenemos la solución. Te presentamos el mundo de las hierbas que crecen en agua, sin tierra, sin complicaciones y con el mínimo esfuerzo. Solo un vaso, agua y un poco de buena voluntad, y serás un jardinero urbano que hasta los cactus de tu vecino envidiarían.
¿Por qué molestarse con la tierra cuando la naturaleza puede hacer maravillas en la encimera de su cocina? Hierbas frescas No son solo para Instagram (aunque, admitámoslo, los frascos de ramos verdes y exuberantes son un verdadero deleite para la vista), pero también para tu plato, un cóctel o simplemente para darle un impulso a tu ego culinario. Aquí tienes siete hierbas que aman la vida acuática más que la terrestre, y sí, son tan fáciles que hasta tu gato podría cultivarlas si tuviera la oportunidad.
@joesgarden ¡El truco ilimitado de la albahaca! #zerewaste #consejos #trucos #cultiva tu propia comida #albahaca #orgánico #asmr #herbs #learnontiktok ♬ Ahogándose con flores – Fox Academy
1. Basil – la reina del sol que roba corazones
La albahaca es como esa amiga que siempre luce impecable y huele divina. Crece en agua si le das mucho sol y agua fresca (y quizás un cumplido). Su aroma es tan embriagador que querrás tener una planta entera en el alféizar de tu ventana. La estrella de la lista de hierbas frescas.
Uso: Ensalada Caprese, pesto casero, pasta o bruschetta: la albahaca es la estrella de la cocina mediterránea. Añádela a limonadas o cócteles para darle un toque veraniego. Y cuando los invitados pregunten: "¿De verdad lo has hecho tú?", simplemente asiente con la cabeza y disfruta de su sabor.
2. Tomillo: planta pequeña, gran personalidad.
El tomillo es como ese vecino silencioso que lo domina todo en secreto. Crece con paciencia en el agua, pero cuando florece, desprende un aroma terroso y cítrico que realza cualquier plato. Dale sol y agua fresca, y se convertirá en tu mejor aliado en la cocina.
Uso: El tomillo es la estrella de guisos, asados y platos con setas. Mézclalo con limón y mantequilla para pescado o pan, o úsalo como sirope casero para cócteles. Sí, el tomillo es tan versátil que podría tener su propio programa de cocina.
Foto: Envato
3. Cebolletas: un truco fácil para alcanzar la fama instantánea en jardinería
Las cebolletas son tan fáciles de cultivar que es casi injusto. Simplemente sumerges la base con la raíz en un frasco con agua, lo pones en el alféizar de la ventana y en pocos días estarás cortando hojas verdes y frescas. Esto es jardinería para quienes prefieren ver Netflix a desenterrar tierra.
Uso: Las cebolletas son como confeti para tus platos: huevos, ramen, ensaladas asiáticas o sopas. Mézclalas con lima y crema agria para una salsa espectacular. Además, siempre tendrás algo fresco a mano para decorar rápidamente tu plato.
Foto: Envato
También revisa: Belleza: ¿Guardas tu maquillaje en el baño? Lo pensarás dos veces después de leer esto.
4. Orégano: el encanto italiano en un vaso
El orégano es como una abuela italiana que te ofrece un plato de pasta con una sonrisa. Le encanta el agua y el sol, así que es perfecto para tu mini huerto. En pocos días, tendrás un exuberante ramo con aroma a pizza y tardes de verano.
Uso: Ninguna pizza ni salsa de tomate está completa sin orégano. Añádelo a una ensalada griega, a verduras asadas o a un adobo para carnes a la parrilla. Y si de verdad quieres impresionar, úsalo en una mezcla casera de especias para darle un toque mediterráneo.
Foto: Envato
5. Romero: una diva aromática con carácter
El romero es como esa compañera de clase que necesita un poco de atención extra, pero cuando la recibe, te cautiva. Necesita tiempo y luz en un vaso de agua para que muestre sus raíces, pero una vez que empieza, es un auténtico chef de cocina. Y sí, huele tan bien que querrás un montón solo por el olor. Encabeza la lista de hierbas frescas.
Uso: El romero es un aliado perfecto para las carnes asadas: pollo, cerdo o cordero. Añádelo a una patata asada con aceite de oliva o a la masa de focaccia para un plato digno de una estrella Michelin (bueno, casi). Para los más atrevidos: prepara una infusión de romero para un té que mejorará tu digestión y memoria.
Foto: Envato
6. Perejil: el humilde héroe que siempre salva el plato.
El perejil es como ese amigo que nunca te abandona, pero que siempre viene bien. Crece en agua sin complicaciones: solo corta una ramita fresca, sumérgela en un vaso y colócala a la luz. Sin tierra, sin momentos de estrés al darte cuenta de que compraste otra hierba que se marchitará en tres días.
Uso: El perejil es el rey de los platos salados. Añádelo a un estofado de res, a las papas al horno o al tabulé, donde realmente destaca. Para el toque final, mézclalo con mantequilla de ajo o salsa chimichurri y observa cómo tus invitados buscan tu receta secreta (psst, el secreto está en el perejil).
Foto: Envato
7. Menta: una frescura más fresca que tú en tus nuevas zapatillas.
La menta es la reina del frescor que nunca pasa de moda. Coloca una ramita en un vaso de agua, busca un lugar luminoso y observa cómo florece como los invitados a tu última fiesta. Sin tierra, sin complicaciones: solo menta pura y fragante que dice: «La vida es mejor con mi aroma».
Uso: Un mojito sin menta es como el verano sin sol: inútil. Añádelo a una limonada, un té helado o una ensalada de sandía con queso de cabra para un efecto espectacular. Para más puntos: mézclalo con un aderezo de yogur para una ensalada de pepino o hazte el camarero y prepara un gin-tonic con menta.
¿Y ahora? ¡A actuar!
Coge unos frascos (sí, incluso los que usabas para guardar los frascos de tu abuela servirán), llénalos de agua (filtrada o hervida, para que no haya problemas), ponlos al sol y deja que la naturaleza haga lo suyo. Cambia el agua cada pocos días y verás cómo la encimera de tu cocina se convierte en un pequeño paraíso verde.
¿Lo mejor? Cuando les sirvas a tus invitados una ensalada sazonada con hierbas de tu huerto o les ofrezcas un cóctel con menta de tu huerto, conseguirás esa sonrisa de jardinero urbano seguro de ti mismo. Y quizás algunas preguntas para tu próximo reel de Instagram. ¿A qué esperas? ¡Que tus vasos cobren vida!