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Toallas con olor a hotel: un truco sencillo para evitar que tus toallas huelan a humedad

Foto: Freepik

¿Alguna vez has cogido una toalla recién lavada, te la has puesto en la cara y, en lugar de oler a limpio, olía a humedad? No es casualidad. No hiciste nada malo con la ropa; el verdadero culpable suele ser el método de secado. La humedad atrapada en la tela se convierte rápidamente en un caldo de cultivo para bacterias, lo que se manifiesta rápidamente como un olor desagradable.

Nos colgamos muchas veces una toalla En el pomo de la puerta, lo doblamos ligeramente sobre el borde de la puerta o del radiador. Puede parecer inocente, pero son estos pliegues los que atrapan la humedad, y justo donde el aire no circulaLa toalla se seca más lentamente. Las toallas más gruesas son especialmente problemáticas, ya que retienen más agua y son aún más difíciles de secar por completo.

¿El resultado? Una sensación de humedad, un olor desagradable y una sensación de que la toalla nunca está realmente fresca.

¿Dónde y cómo secar las toallas para que queden realmente secas y frescas?

Foto: Freepik

Lo mejor es colgar las toallas en soporte ancho, donde estén completamente estirados y expuestos al aire fresco. Si es posible, séquelos. fuera del bañoDonde no haya mucha humedad. Es fundamental que el aire circule constantemente; esto ayuda a que la humedad se evapore rápidamente y no se quede en la tela. Colocar las toallas en horizontal ayuda a asegurar un secado uniforme.

¿Cuánto tiempo tarda una toalla en secarse realmente?

Esto depende de dos factores: la cantidad de aire que circula en la habitación y el grosor y la densidad de la toalla. Las toallas más finas en una habitación bien ventilada pueden secarse en menos de 6–8 horasSin embargo, si la toalla es más gruesa o la habitación está mal ventilada, puede tardar más. hasta 12 horasCuanto más tiempo permanezca húmedo, más probable será que empiece a oler mal.

Secado más rápido en la secadora: un pequeño truco para grandes resultados

Si las toallas secar en secadoraPuedes acelerar considerablemente el proceso añadiendo bolas de secado de lana natural y suave. Estas crean bolsas de aire entre las toallas, lo que permite una mejor distribución del calor. Como resultado, la tela se seca más rápido, de forma más uniforme y se mantiene más suave al tacto.

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Lavar las toallas correctamente es la mitad de la batalla

Lavar es tan importante como secar. Lava siempre tus toallas. Separado del resto de la ropa, clasificados por color y grosor. La temperatura más adecuada es alrededor de... 60°C, ya que esto elimina bacterias, olores y residuos de la piel.

Y lo más importante: ¡evite los suavizantes de telas! Estos crean una capa fina que inhibe la absorción de agua y dificulta el secado. Utilice un detergente suave pero eficaz.

Sin más detergente = mejor lavado

Mucha gente comete el error de usar demasiado detergente. Desafortunadamente, el exceso suele quedar en las fibras, ya que la lavadora no lo enjuaga por completo. Los residuos de detergente atraen la humedad y propician la aparición de olores. Por lo tanto, use menos, pero con prudencia. La medida correcta es la clave.

Los errores más comunes que arruinan la frescura de las toallas

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1. Cuelgas tus toallas, pero de forma incorrecta.
Si simplemente colocas una toalla sobre el pomo de una puerta o la doblas sobre ella, contribuyes a la sofocación. Esta disposición implica que el interior de la tela apenas queda ventilado, lo que resulta en un foco de humedad y la rápida propagación de olores desagradables.

2. Demasiado “fragante” significa menos absorbente.
Mucha gente busca toallas suaves y perfumadas, así que recurre a un suavizante fuerte. Pero el suavizante no hace milagros: crea una capa sobre las fibras que las suaviza, pero a la vez reduce su capacidad de absorción natural y aumenta su tendencia a retener la humedad.

3. ¿Agua dura y toallas suaves? No exactamente.
Si usa agua dura en su hogar, se acumulan depósitos minerales en las toallas, que actúan de forma similar al suavizante, impidiendo que las fibras respiren y se absorban correctamente. Incluso lavando la toalla correctamente, no se secará tan bien como debería.

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4. Compañía equivocada en el tambor.
Cuando tiras las toallas máquina Junto con otras prendas, especialmente las de materiales sintéticos, impiden un lavado y secado uniformes. Las toallas son más gruesas y requieren más espacio; si no se les da este espacio, rápidamente se "desquitarán" con la humedad y la sensación de estar tapadas.

5. Máquina llena = olor desagradable.
Si sobrecargas la lavadora, no permites que fluya suficiente agua ni que se enjuague el detergente. Los residuos de polvo se quedan atrapados en las fibras y retienen la humedad, lo que puede causar un olor desagradable en pocas horas, incluso antes de que la toalla se seque.

Una toalla limpia: un pequeño cambio, un gran impacto

Si lavas tus toallas adecuadamente, las secas con sensatez y no las sobrecargas con accesorios innecesarios, se mantendrán frescas, suaves y cómodas con cada uso. Suena simple y lo es.Pero la consistencia es la diferencia entre una toalla que huele mal y una que preferirías no usar más.

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