En el caso de la producción japonesa Tobari, lo primero que nos recuerda a una escena formada por un horizonte cubierto de 6.600 estrellas brillantes y un suelo sobre el que brillan 2.200 estrellas, que ilustra el cielo nocturno de verano sobre Japón. A continuación, quedamos cautivados por el movimiento, mientras bailarines, guerreros se mueven por el escenario en total concentración...
En el caso de la producción japonesa Tobari, lo primero que nos recuerda a una escena formada por un horizonte cubierto de 6.600 estrellas brillantes y un suelo sobre el que brillan 2.200 estrellas, que ilustra el cielo nocturno de verano sobre Japón. A continuación, quedamos cautivados por el movimiento, mientras bailarines, guerreros de la belleza, se mueven por el escenario en perfecta concentración. Tras el final de la actuación, la fascinación por la idea de Amagatsu de felicidad y tristeza, luz y oscuridad, vida y muerte nos acompaña durante algún tiempo en la realidad.