A veces simplemente estamos obsesionados con el hecho de que todo tiene que ser perfecto. ¿Sería mejor aceptar también las imperfecciones? ¿Es tan malo si algo sale mal? Si no lo sabías todo. ¿Si no siempre dijéramos o hiciéramos las cosas correctas?
¿Te das cuenta de que no existe tal cosa como la perfección? Sobre todo, la perfección también puede perjudicarnos de alguna manera.
Tal vez estamos heridos por eso
Porque esa es la única manera aprendamos a amar de nuevo. Aprendamos a distinguir mejor entre los que nos quieren tal como somos y los que sólo nos quieren cuando nos necesitan.
Tal vez por eso perdemos a las personas que amamos
Porque esa es la única manera aprendemos a valorar a las personas, en lugar de darlos por sentado. Aprendemos a perdonar a los demás y nos damos cuenta de que la vida es demasiado corta para guardar rencor. Y que a veces las personas no siempre se quedan en nuestras vidas todo el tiempo que queremos. A veces, nuestros miedos nos impiden tomar riesgos para hacer cambios porque olvidamos que es posible que no tengamos otra oportunidad.
Tal vez por eso fallamos
Buscamos la perfección. Pero en la imperfección encontramos algo en lo que somos mejores. Dejamos ir las cosas que no están destinadas para nosotros, para que podamos entrar en el futuro y encontrar nuestro potencial en él. Encontramos nuestra pasión y lo que nos hace verdaderamente felices. Tal vez nos caemos para poder empezar de nuevo y escribir una nueva historia con un final mejor.
Tal vez por eso cometemos errores
Que podemos aprender que nunca seremos perfectos, no importa cuánto lo intentemos. Darnos cuenta de que algunas cosas no nos llegarán, que no son para nosotros y que no hay nada de malo en ello. No tiene sentido lamentarse por el pasado. Nacimos para descubrir lo que la vida nos depara, lo que significa tomar decisiones imperfectas y aprender las cosas de la manera más difícil.
Tal vez las cosas equivocadas no sean tan malas después de todo.
tal vez ellos son solo los correctos. Pero nos negamos a creerles que pueden ser exactamente lo que necesitamos, pero no lo que queremos. Tal vez sean solo recordatorios de que cosas mejores están por venir y que cosas maravillosas surgirán del fracaso y el dolor.
Permítete cometer errores¡Harán de ti una versión aún mejor de ti mismo!