El pescado frito es un clásico que impresiona por su sencillez y su rico sabor. Pero preparar un pescado impecable que no se pegue, que no se deshaga y que tenga una hermosa corteza dorada requiere conocer algunos trucos clave de cocina.
Con los pasos correctos, puedes preparar un plato en casa que incluso el mejor chef estaría encantado de servir: una receta para el pescado frito perfecto.
1. Preparación del pescado - salazón en el momento adecuado
Una salazón adecuada es clave si quieres que el pescado se mantenga entero y jugoso durante la fritura. Los maestros cocineros recomiendan salar el pescado 15-20 minutos antes de freír. ¿Por qué? La sal ayuda a que el pescado se endurezca y no se deshaga durante la fritura. Si salas el pescado demasiado rápido, puede soltar demasiada agua y ablandarse. Agrega la sal uniformemente por ambos lados y deja que penetre en la carne.
Consejo para una mejor textura: Si está preparando trozos de pescado más grandes, agregue sal junto con unas gotas de limón; esto enfatizará el sabor y mejorará la textura de la carne.
2. Olvídate de la harina clásica: el secreto está en el almidón
Los chefs profesionales rara vez utilizan harina blanca para empanizar pescado. En cambio, aconsejan utilizar maicena o una mezcla de harina y almidón. Esta combinación asegura:
- Corteza crujiente sin excesiva absorción de aceite.
- Mayor durabilidad: el pescado conserva su forma compacta durante la fritura.
Truco extra: Antes de empanizar, dé golpecitos suaves al pescado con una toalla de papel para eliminar el exceso de humedad. Luego, enróllelo en almidón y sacuda el exceso de polvo para que la corteza no se desprenda durante la fritura.
3. Elección del aceite: no haga concesiones
Para freír pescado, elija aceite con un punto de humo alto, como por ejemplo:
- Aceite de cacahuete - Ideal para freír debido a su sabor neutro.
- Aceite de girasol – una opción común con un ligero sabor a nuez.
- aceite de semilla de uva – una alternativa más ligera con una nota ligeramente afrutada.
Calentar el aceite a temperatura 180-190°C – este es el calor óptimo para obtener una corteza crujiente sin absorber demasiado aceite. Comprobar la temperatura con un pequeño trozo de masa; si chisporrotea y se dora ligeramente, el aceite está listo.
4. Calentamiento y giro adecuados
Utilice una sartén con fondo grueso que permita una distribución uniforme del calor. Para evitar que el pescado se pegue a la superficie:
- Calienta el aceite y espera a que alcance la temperatura adecuada.
- Cuando pones el pescado en el aceite, queda no se mueva durante al menos 2-3 minutos – dejar que se forme la costra.
Al voltear, use una espátula ancha y voltee el pescado. sólo una vez. Si lo giras con demasiada frecuencia, puede desmoronarse.
5. Escurrir el aceite y servir.
Cuando el pescado esté dorado lo retiramos con cuidado del aceite y lo colocamos sobre toalla de papel, que absorberá el exceso de grasa.
Consejo de servicio: Agrega jugo de limón recién exprimido y espolvorea con perejil picado o tomillo fresco. Sirve el pescado caliente con una guarnición como patatas asadas o salsa tártara casera.
Errores comunes a evitar:
- Aceite subcalentado: El pescado se volverá blando en lugar de crujiente y absorberá demasiado aceite.
- Llenar demasiado la sartén: Freír pequeñas cantidades a la vez para mantener estable la temperatura del aceite.
- Tipo incorrecto de harina: La harina blanca común forma una corteza más pesada que se puede desprender de la carne.
El pescado frito puede ser un auténtico arte culinario si sigues los consejos clave. Con una salazón adecuada, el uso de almidón en lugar de harina, la elección de un aceite de calidad y una técnica de fritura correcta, conseguirás un resultado que sería elogiado incluso en un restaurante. Aunque es un plato sencillo, los detalles cuentan, ¡y ahora ya los conoces!