¿Sientes que tu relación no progresa a pesar de todo el esfuerzo que pones? ¿Tiene sentido persistir? ¿Se enfrenta a conflictos recurrentes?
Quizás sea hora de considerar si vale la pena quedarse. En algunos casos, terminar la relación es la decisión más saludable.
Echa un vistazo a seis señales que pueden ayudarte a reconocer cuándo es mejor dejarlo que seguir adelante.
1. Tus sentimientos no son considerados
La persona con la que tienes un problema sólo se centra en sus propios puntos de vista y el ignora tus sentimientos. Cuando intentas expresar tu opinión te interrumpe, te grita o te silencia para que no puedas ni defenderte. Lo único que les importa es ganar la discusión en lugar de buscar una solución o la paz. Si tus sentimientos y opiniones no tienen valor para ellos, es difícil encontrar un camino a seguir.
2. Olvida los límites debido a la ira.
Es posible que lo esté difamando públicamente en las redes sociales donde sus amigos, familiares y compañeros de trabajo puedan verlo. O, durante una discusión, te insulta con palabras que incluso su peor enemigo rara vez usaría. No actúa honestamente, pero quiere lastimar intencionalmente y decepcionar. Si ha cruzado la línea y su objetivo es sólo causar dolor, no hay mucho margen de mejora en la relación.
3. Se niega a asumir la responsabilidad de sus errores.
Es raro que una persona sea completamente inocente en una relación. Si él espera que usted acepte la responsabilidad por sus errores, él también debería hacerlo. reconoce tu papel en problemas. Si eres el único que se disculpa y trata de arreglar las cosas mientras él no muestra ningún deseo de asumir la responsabilidad, es probable que la relación ya esté muy dañada.
4. Tienes los mismos argumentos una y otra vez
Nunca progresas. Cada vez que intentas hablar, vuelves a las mismas disputas y viejos rencores. No acepta tus disculpas ni muestra ningún interés en resolver problemas. En cambio, simplemente repite lo que hiciste mal y te ve como el enemigo.
Si eres el único que intenta mejorar la relación, tus esfuerzos serán en vano.
5. No se puede hacer nada más
Te disculpaste, escuchaste sus quejas, explicaste tu punto de vista, estabas dispuesto a hacer cambios y concesiones, pero nada funciona. No importa cuánto esfuerzo ponga, Sra. todavía no puedes satisfacer. Aunque hiciste lo mejor que pudiste, él todavía está enojado contigo. A veces, no importa lo que hagas, no hay forma de salvar la relación.
6. La relación se está volviendo agotadora.
Este conflicto dura mucho tiempo y no se vislumbra un final. Sientes que ya no puedes más. El contacto con él sólo te causa estrés y agotamiento emocional. Aunque lo amas, puede que sea más saludable para ambos romper. Si solo se causan el uno al otro dolor y no parece que las cosas vayan a mejorar, tal vez sea hora de decir adiós.