Elevándose al menos dos metros por encima de los tejados atenienses más altos, la cabaña urbana sirve como refugio temporal, ofreciendo a sus residentes temporales una vista única que de otro modo sería difícil de experimentar en Atenas.
La cabaña urbana, que mide unos modestos nueve metros cuadrados, fue concebida por los arquitectos en respuesta a un mundo dominado por una urbanización cada vez mayor. Panos Dragonas y Varvara Christopoulou. Los creadores están convencidos de que en el siglo XXI ya no existen lugares remotos aptos para una escapada temporal. Todo se investiga, se registra en un mapa y se comparte a través de las redes sociales. Todo es público. El individuo posmodernista está atrapado entre las megaciudades y el espacio informático digital. Una cabaña con vistas a un paisaje artificial adornada con antenas, paneles solares y materiales aislantes es, por tanto, una alternativa urbana excepcional a la que escapar cuando queremos un retiro tranquilo y alejado del mundo moderno.
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