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Una emoción que destruirá tu alma: ¡así es como reconoces la envidia cruel!

Desafortunadamente, pocas personas logran vivir su vida sin considerar la vida de los demás. La mayoría de nosotros permitimos que la envidia nos conquiste y nos supere.

La envidia toma muchas formas, pero todas son formas. increíblemente tóxico y peligroso para el estado del alma. Por eso, es importante que todos aprendamos a reconocer la envidia a tiempo -en los demás y en nosotros mismos- y ser capaces de resistirla.

Sarcasmo

Las declaraciones y comentarios sarcásticos son una de las formas más comunes de envidia. ¿Qué es el sarcasmo? Una aparente broma, cuando decimos una cosa pero en realidad queremos decir algo completamente diferente - y ésta doble sentido es la esencia del sarcasmo. La forma más común de sarcasmo es la conexión entre comunicación "agresiva" y amistosa. Por ejemplo, alguien te ve con un traje nuevo y te dice con voz dulce: “¡Vestido maravilloso! Oculta muy bien todos los kilos de más”. "Lo hiciste muy bien... Si no hubieras cometido tantos errores, podría haber sido perfecto".

Si observamos detenidamente esta forma de "humor", descubriremos que la mayoría de las veces no es más que un envoltorio para los insultos. La burla, por otro lado, revela que algo anda mal con la persona. envidia profunda.

Demasiado directo

Tal comportamiento muestra que la persona simplemente no tiene filtros entre pensamientos y palabras. Su franqueza y sinceridad a menudo se convierten en crueldad, lo que provoca envidia genuina. Estas personas suelen criticar a los demás y lo hacen como si tuvieran todo el derecho a hacerlo.

Probablemente conozcas a este tipo de personas. Estos son los que suelen decirle al interlocutor: "Actuaste como un completo tonto." o "Tienes los dientes terriblemente torcidos". Comparten sus opiniones en voz alta, incluso cuando nadie les pregunta nada. Lo hacen aunque saben que lo que han dicho ya está claro para todos los presentes y que no están añadiendo ninguna información útil o nueva a la conversación.

Una persona así simplemente no tiene filtros entre pensamientos y palabras.
Una persona así simplemente no tiene filtros entre pensamientos y palabras.

Dulces sádicos

Los "dulces sádicos" parecen a primera vista personas muy agradables. Siempre son oyentes muy atentos y saben cómo comunicarse con los demás. Pero una característica los separa de las personas verdaderamente buenas: hacen falsas promesas y demuestran con sus acciones que no les importa.

Por ejemplo, pedirle un favor a esa persona. Después de todas las promesas, cuando ya estés seguro de que la petición ya ha sido escuchada y la cosa hecha, te sorprenderán con la afirmación: "Oh, lo siento, me olvidé por completo de tu solicitud”. Por supuesto, todo esto va acompañado una disculpa aparentemente sincera y garantías de que esta persona no lo defraudará nuevamente. Y una persona tan "dulce" es bastante capaz de "olvidar" su consentimiento en un asunto importante que está directamente relacionado con usted.

"Solo estoy ayudando"

Esta es otra de las formas de envidia más comunes que pueden hacer mucho daño. La frase favorita de esas personas es "Sólo quiero ayudar". Son personas a las que les encanta escuchar los problemas de los demás. Ellos son manipuladores. Utilizan la información que obtienen para difundir rumores. Siempre están prestando atención a la vida de los demás y dándoles consejos no solicitados. Pero no dejes que te engañen con el pretexto de que "sólo quieren ayudar": sus acciones guían ¡Envidia pura y tácita!

Personas que siempre se comparan con los demás y se ponen a sí mismos en primer lugar.

Las personas egocéntricas se comparan constantemente con los demás y tratan de hacerlo de tal manera que presentado de la mejor manera. En otras palabras: la vida misma no es dulce si no pueden ser mejores que los demás en todo.

Para lograrlo, tienen que procesar todos los aspectos de la vida a través de la conversación: ropa, coches, pareja, logros... En una palabra, todo lo que les concierne. De lo contrario, podemos comunicarnos tranquilamente con esa persona hasta que obtengamos una respuesta brusca en el sentido de "Parece que estás teniendo problemas en el trabajo. En este momento estoy funcionando como un reloj".

Las personas egocéntricas se comparan constantemente con los demás.
Las personas egocéntricas se comparan constantemente con los demás.

Todas estas caras de envidia esconden dudas. La gente usa estas máscaras porque no pueden mirar sus propias vidas sin compararlas con las vidas de otras personas. Los logros y la felicidad de los demás sólo les recuerdan su propio vacío e irrealidad.

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