Aunque nunca pensarías que el mejor helado Eis Greissler se puede encontrar en la Viena "tradicionalmente aristocrática", la verdad está muy cerca. Al menos según muchos que están dispuestos a esperar en la larga fila que serpentea por Rotenturmstraße en el centro de la ciudad.
El destino de los que esperan es una heladería pequeña pero elegantemente amueblada. eis greissler. De las paredes cuelgan platos con inscripciones, al estilo de "sin sabores artificiales", "leche orgánica de nuestras vacas", "helado del campo"... El helado es orgánico, hecho con fruta fresca y con la leche de las vacas que pastan en su finca. Anna, Berta y Mizzi son solo tres de ellas (son 35 en total) las que aportan la leche para este maravilloso helado. Pastan en Krumbach, Austria, y te horrorizaría ver las filas serpenteando por una sola bola de helado hecho con esta leche.
La historia de Eis Greissler es interesante. Andrea y Georg Blochberger son ganaderos que alquilan la leche de estas vacas a escuelas cercanas. En 2011, tenían un excedente de leche y, como no querían tirarla, crearon helados a partir de ella. Era bueno, realmente genial, y pronto Eis Greissler se presentó en el centro de Viena. Aquí podemos elegir entre una veintena de sabores, clásicos y menos clásicos como es sabor a leche de cabra o espárragos. Ocho sabores también son veganos, 100 % afrutados. Las frambuesas son como recién arrancadas de los arbustos, y se dice de las peras que es una pena perder las palabras.
Más información: www.eis-greissler.at