Cuando las personas no están contentas, es mucho más difícil estar cerca de ellas, y mucho menos trabajar con ellas. La infelicidad aleja a las personas y crea un círculo vicioso que te impide alcanzar todo lo que eres capaz de hacer.
Tu felicidad está determinada por tus hábitos (en pensamiento y acción), por lo que es importante vigilarlos de cerca para asegurarte de que no te arrastren por el desagüe.
Algunos hábitos conducen a la infelicidad y la autodestrucción más que otros. Debes tener especial cuidado con estos 10 hábitos, ya que representan el mayor peligro. Cuídate y asegúrate de que estos hábitos no sean tuyos también.
Están constantemente esperando un futuro mejor.
Debido a que están constantemente esperando que el futuro les traiga algo mejor, extrañan vivir el presente. Se dicen a sí mismos: "Por una vez seré feliz...". Pero si esperan demasiado para que las cosas encajen en su lugar o sucedan, corren el riesgo de estar insatisfechos por el resto de sus vidas, porque ese momento nunca llega.
No es bueno perder el tiempo esperando porque la vida es impredecible y no podemos saber cuántos días nos quedan. Necesitamos tomar el asunto en nuestras propias manos y cambiar lo que nos hace infelices en nuestras vidas. A veces es suficiente cambiar nuestros pensamientos de lo malo a lo bueno, para que empiecen a suceder cosas positivas. La gente siente que nuestra energía y positividad los atraerá.
Dedican demasiado tiempo a los bienes materiales.
Las personas que viven modestamente pueden sentir felicidad cuando su situación financiera mejora. Sin embargo, este sentimiento se calmará relativamente rápido y la felicidad dependerá de otras cosas en la vida, otras cosas además del dinero y los bienes materiales.
Seamos felices por nuestros pasatiempos, familia, amigos reales y lo que es muy importante, por el amor sincero de la pareja con la que vivimos.
Se quedan en casa y evitan a los demás.
Las personas que se sienten infelices tienden a evitar a los demás y prefieren estar solos dentro de sus propias cuatro paredes. Pero esto es un gran error, porque con esto se dejan hundir cada vez más en su oscuridad. Una opción mucho mejor es salir con otras personas, ya que casi siempre te ayudan a sacar los pensamientos negativos de tu cabeza.
Incluso si no tienes ganas de salir y socializar, oblígate a hacerlo, solo toma tu chaqueta y sal de la casa. Un paseo por el barrio, la naturaleza, etc. también ayudará.
Se ven a sí mismos como víctimas.
Las personas infelices tienden a convencerse de que son víctimas, y así se presentan ante los demás, ya sea a través de sus palabras o de su actitud. La vida es una cruz pesada para ellos y sobre la cual no tienen control. Con esta forma de pensar, destruyen todas las posibilidades de sentirse felices desde el principio. Se quedan dormidos a la vida cotidiana y tratan de no cambiar nada. Se han convencido a sí mismos de que son impotentes y se comportan de esa manera.
Todos nos sentimos así en algún momento. Pero no todo el mundo cede ante este mal presentimiento, sino que se levanta y hace todo lo que está en su mano para mejorar algunas cosas y así sentirse mejor. Al final, lo logran porque realmente lo desean.
Son eternos pesimistas.
Nada alimenta el sentimiento de insatisfacción como el pesimismo, y entonces es imposible ver las cosas bellas de la vida. Nada bueno les puede pasar a esas personas en la vida porque solo esperan cosas malas.
Hay un dicho que dice que si esperas que sucedan cosas malas, te sucederán a ti. Pero si piensas en positivo, te pasarán cosas positivas. Además, los pesimistas son muy molestos para las personas que los rodean, porque echan a perder su estado de ánimo, por lo que a menudo son evitados.
Están constantemente quejándose y lloriqueando
Están constantemente lloriqueando, constantemente quejándose, alguien siempre tiene la culpa de algo, etc. Aquí es donde su negatividad sale a relucir, pues por ejemplo no notarán que alguien les alegró el día con alguna pequeña cosa, sino que solo recordarán que algo no se hizo como esperaban. Y quejarse constantemente es algo que repele a otras personas.
Se acercarán a un individuo negativo llenos de optimismo, pero después de unos minutos en su compañía, comenzarán a sentirse mal. No querrán volver a hacerlo la segunda vez, pero pasarán por alto a esa persona en un gran círculo.
Exageran las cosas malas
A todos nos pasan cosas malas, la diferencia es que las personas felices las ven como algo temporal, mientras que para las personas infelices, es algo que arruinará su miserable vida. Por ejemplo, una persona feliz lo verá así: "Algunos problemas otra vez, pero afortunadamente nada serio". Una persona infeliz en la misma situación pensará: "Esta es una prueba de que mi día, semana, mes o incluso mi vida están condenados".
Barren los problemas debajo de la alfombra
Las personas felices son responsables de sus acciones. Cuando cometen un error, admiten que es su culpa. Por otro lado, las personas infelices ven sus errores como una amenaza y prefieren esconder los problemas debajo de la alfombra en lugar de verlos e intentar solucionarlos.
No piensan que no pueden evitar el problema y que no desaparecerá si fingen que no existe. Ciertos problemas empeoran con el tiempo si se ignoran. Es mejor enfrentarlos de inmediato, deshacerse de ellos y solo entonces olvidar que existen.
No tratan de mejorar nada en la vida.
Las personas infelices son pesimistas que sienten que no tienen control sobre sus vidas. Por eso, prefieren quedarse quietos y no intentar cambiar nada para sentirse mejor y ser felices. Actúan como si se hubieran rendido al destino.
Para salir de esta situación, debes establecer ciertas metas, luchar por ellas o aprender algo nuevo. Pueden ser cosas pequeñas, como decidir perder cinco kilos, ahorrar algo de dinero, aprender a tejer...
Están celosos de los demás.
Los celos y la envidia son incompatibles con la felicidad, al igual que la comparación constante con los demás: eres más exitoso, más feliz, más bonito, más rico, etc. Por lo tanto, si las personas infelices quieren ser felices, deben deshacerse de este hábito y comprender que todos somos personas diferentes. Una actitud positiva hacia uno mismo es una buena manera de sentirse satisfecho y feliz.