El sexo no siempre es un placer.
El sexo debe ser una experiencia placentera, emocional y satisfactoria. Sin embargo, algunas mujeres no lo disfrutan tanto como les gustaría. Las razones pueden ser diferentes, de lo emocional a lo fisico.
A continuación presentamos cuatro posibles razones.
muy poco juego previo
Los juegos previos suelen ser uno de los factores más importantes para disfrutar del sexo. La anticipación y el suspenso animan toda la historia para hacerla emocionante. Sin embargo, es posible que necesite algo de tiempo para relajarse y disfrutar del placer de los juegos previos. Si es necesario, habla con tu pareja sobre todo lo que te molesta, lo que te gusta, para que realmente puedas disfrutar de todas las partes de la relación. Siempre dedique al menos un poco de juegos previos apasionados: besos, caricias, conversaciones "sucias", juegos de roles, y luego pase gradualmente al acto en sí.
relaciones dolorosas
Las relaciones sexuales dolorosas pueden ser causadas por una infección del tracto urinario, sequedad vaginal y muchas otras razones. El miedo al dolor que se produce durante el coito también es el culpable de la falta de placer durante el acto mismo, y como resultado, a menudo sucede que hay una falta de deseo sexual. Por lo tanto, en el caso de relaciones sexuales dolorosas, no espere hasta llegar a la etapa de disminución de la libido, sino consulte a un ginecólogo para eliminar la causa del malestar.
Imposibilidad de excitación sexual.
El trastorno de la excitación sexual femenina es una condición médica que implica la incapacidad de responder a la estimulación sexual, que puede ocurrir debido a problemas emocionales o físicos como hinchazón, infecciones, depresión, ansiedad, etc. Las personas que padecen estos problemas pueden verse incapaces de lograr el placer sexual. Sin embargo, este trastorno es curable y todo lo que necesita hacer es consultar a un ginecólogo.
Incapacidad para alcanzar el orgasmo.
A menudo se dice que la mayoría de las mujeres no alcanzan el orgasmo. Esto podría deberse a cualquiera de los factores enumerados anteriormente. Habla de ello abiertamente con tu pareja. Pasa un tiempo contigo mismo, con tu cuerpo y comprendiendo toda la situación. Experimenta con diferentes poses hasta que alcances tu objetivo. Si todo esto no ayuda, busque ayuda médica; su ginecólogo puede ofrecerle una solución.