La Comisión Europea ha obtenido una gran victoria en su disputa legal de varios años con Apple, ya que el Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) confirmó que la empresa debe reembolsar 13.000 millones de euros en beneficios fiscales "ilegales" que obtuvo en Irlanda. Esta sorprendente sentencia impulsa aún más los esfuerzos de la Comisión Europea para evitar que las multinacionales obtengan beneficios fiscales injustos.
La disputa comenzó en 2016 cuando la Comisión Europea dictaminó que Apple recibió ayuda estatal ilegal de Irlanda en forma de exenciones fiscales que se aplicaban a las ganancias obtenidas fuera de Estados Unidos. Tras esta decisión, Irlanda tuvo que reclamar dicha cantidad. Apple argumentó que se trataba de una decisión política sin base legal. Sin embargo, el TJUE ahora ha fallado definitivamente a favor de la Comisión, anulando un fallo anterior de un tribunal inferior de 2020 que favorecía a Apple.
La Comisión Europea afirmó que Irlanda permitió a Apple pagar impuestos a una tasa extremadamente baja entre 2003 y 2014, lo que permitió a la empresa pagar solo 0,005 % de impuesto en 2014, mientras que otras empresas pagaron tasas significativamente más altas. Según la Comisión, esta ventaja otorgaba a Apple una posición competitiva desleal.
Impacto en otras multinacionales
La comisaria europea de Competencia, Margrethe Vestager, conocida por su estricta supervisión de las grandes empresas, ha propuesto multas para varias multinacionales como Amazon, Fiat y Starbucks, también por casos similares de beneficios fiscales supuestamente injustos. Vestager, que dejará el cargo este año, fue un impulsor clave del caso, presionando por una mayor igualdad en las obligaciones tributarias corporativas en toda la Unión Europea.
Sin embargo, algunos casos similares, como el de Fiat, finalmente fracasaron. Pero Apple se ha convertido en un ejemplo de empresa que, por su tamaño e influencia, ha acabado en el centro de estos esfuerzos, que podrían tener consecuencias de gran calado para futuros procedimientos judiciales relacionados con exenciones fiscales para multinacionales en Europa.
Apple niega las acusaciones
Apple ha negado sistemáticamente las acusaciones de irregularidades y el director ejecutivo, Tim Cook, ha dicho repetidamente que se trataba de un caso con motivaciones políticas. Según él, Apple no recibió ninguna ayuda estatal y pagó todos los impuestos de acuerdo con la ley irlandesa.
Sin embargo, la Comisión Europea mantuvo su solicitud y presentó un recurso en 2020 contra un fallo de un tribunal inferior que fue a favor de Apple. El TJUE ha decidido ahora que había errores legales en la sentencia del tribunal inferior y ha fallado a favor de la Comisión, lo que significa que Apple debe devolver los 13.000 millones de euros antes mencionados.
Tendencias globales: presión sobre los gigantes tecnológicos
La presión sobre los grandes gigantes tecnológicos no se limita sólo a Europa. Google se enfrenta a numerosos procesos en todo el mundo, incluido Estados Unidos, donde está siendo investigado por la justicia estadounidense por prácticas monopolísticas en el sector publicitario. Este ejemplo también muestra cómo los reguladores globales se centran cada vez más en las actividades de las grandes empresas de tecnología y su impacto en la economía global.
Con esta sentencia, la Comisión Europea recibió una confirmación adicional de que sus esfuerzos para prevenir prácticas fiscales desleales son correctos y justificados. El tiempo dirá si esta sentencia cambiará la forma en que las multinacionales hacen negocios en Europa.
Desde hace algún tiempo, la Unión Europea ha implementado regulaciones estrictas sobre inteligencia artificial, que se está convirtiendo en una parte clave de los nuevos dispositivos tecnológicos como los teléfonos inteligentes Google Pixel y el último iPhone 16. Estos gigantes tecnológicos están incorporando funciones avanzadas de inteligencia artificial (UI) en sus últimos modelos, pero la UE ya establece límites sobre cómo se pueden utilizar estas tecnologías en el mercado europeo. Por ejemplo, los nuevos iPhone 16 y Google Pixel no llegan a Europa con toda la gama de funciones que están disponibles en Estados Unidos o Asia. Las limitaciones incluyen todo, desde la privacidad del usuario hasta el uso de datos para el aprendizaje automático, lo que significa que los sistemas de interfaz de usuario basados en el procesamiento de grandes cantidades de datos en tiempo real no funcionarán completamente. Esto plantea muchas preguntas sobre el futuro de los dispositivos inteligentes en Europa. ¿El progreso tecnológico se verá limitado debido a regulaciones estrictas, o las empresas adaptarán y desarrollarán tecnologías que cumplan con las regulaciones europeas? Parece cada vez más probable que la UE insista en controles estrictos sobre el uso de la interfaz de usuario, especialmente desde el punto de vista de la protección de datos y la transparencia de los algoritmos, lo que podría frenar la llegada de algunas de las funciones más avanzadas que, de otro modo, cambiarían al usuario. experiencia de los dispositivos inteligentes en el futuro.