El ascenso de China como potencia económica mundial está bien documentado, y en ninguna parte es más evidente que en la industria automotriz. Con China ahora como el fabricante de automóviles número uno del mundo, produciendo con mucho la mayor cantidad de automóviles, junto con su dominio en la producción de teléfonos inteligentes y computadoras, está claro que China se está posicionando como un jugador importante en la configuración del futuro del transporte. Pero, ¿qué es lo que realmente impulsa la búsqueda de China por el dominio global? Todo depende de los metales de tierras raras, el poder económico y el sistema comunista autocrático del país.