Durante cinco generaciones, hemos escrito pacientemente en un mando a distancia, desafortunadamente grueso, llamado Z Fold. Pero este año —¡sorpresa!— el Galaxy Z Fold 7 por fin se ve y se siente como un teléfono, no como el mando del aire acondicionado. Lo mismo ocurre con su hermano pequeño, el Z Flip 7, que presume de una pantalla de borde a borde y una batería que no se agotará en 2025. Pero ojo: el progreso no es gratis. Pagarás unos 2000 euros por el Fold (sí, son dos teléfonos "normales" muy buenos, o la mitad del patinete eléctrico más caro, tú eliges). Veamos por qué Samsung intenta convencerte de que este precio tiene sentido.