Borde verde

Hace años, Velika Planina era un auténtico paraíso del esquí, enclavado entre las montañas y la naturaleza. Hoy en día, el esquí prácticamente ha desaparecido por la falta de nieve, pero sigue siendo un lugar único para practicar senderismo y excursiones, concurrido tanto en invierno como en verano. Tras una extenuante subida a la montaña, ya sea desde el valle o desde la estación superior del teleférico, un tentempié es sin duda bienvenido. A solo cien metros de la estación intermedia del telesilla doble de Šimnovec, que nos lleva al punto más alto de Velika Planina, se abre una vista hacia la casa de huéspedes Zeleni Rob, una pintoresca cabaña construida al estilo de un refugio de montaña. Para los excursionistas o esquiadores invernales más relajados, primero se les ofrece vino caliente o una copa, ya sea un delicioso y dulce licor de arándanos o frutos del bosque, o una copa de algo más fuerte, entre los que destaca el aguardiente de tomillo. La oferta gastronómica de Zeleni Rob es sencilla. La carta es corta, así que primero preguntamos por los platos del día, donde siempre tienen algunos de los guisos aromáticos disponibles, y cada día nos sorprenden con algo nuevo. El repertorio de hierro también incluye salchichas y asados de Carniola, y sopa de champiñones en un plato de pan. Sin embargo, en Zeleni rob no podemos perdernos el strudel casero, el requesón o la manzana, que completarán el festín montañés. Y durante la próxima temporada de carnaval, también podemos darnos el capricho de un donut recién hecho. Si vamos a Velika Planina por un tiempo más largo, sin duda visitamos Zeleni rob en las noches de invierno. Sobre todo en Navidad y Año Nuevo, podemos disfrutar de una auténtica fiesta y terminar el día con fiesta hasta altas horas de la noche.