En un mundo donde las pantallas, los asistentes y los sistemas de seguridad digitales se han convertido en algo habitual, el Capricorn 01 Zagato se presenta como un desafío: "¿Y si volviera a ser diferente?". Este coche no es una ostentosa exhibición de tecnología, sino una meditación sobre la fuerza motriz, la estética, la mano que agarra el volante y el alma que siente la presión en el asfalto.
Bajo el capó Capricornio 01 Zagato esta escondido V8 supercargado de 5,2 litros, ubicado en el medio. Produce impresionantes 888 caballos de fuerza (662 kW) y alrededor 1.000 Nm (738 lb-ft) de par. Toda esta potencia va exclusivamente a las ruedas traseras a través de transmisión manual de 5 velocidades con un diseño de “dog-leg” de la vieja escuela: la primera marcha en la parte inferior izquierda, como en los autos de carrera reales.
¿El resultado? Aceleración desde 0 a 100 km/h (0–62 mph) en menos de 3 segundos y la velocidad máxima alrededor 360 km/h (224 mph)Zagato ha creado así un automóvil que huye de las fórmulas de eficiencia eléctrica y asistencia híbrida, prefiriendo confiar en los reflejos humanos y en la voluntad de control.
Diseño: alma retro, cuerpo de carbono.
Si la "belleza" se midiera en kilogramos, el Capricorn 01 Zagato estaría por debajo de su peso ideal. Su carrocería está compuesta casi en su totalidad de... Fibra de carbon, por lo que todo el coche pesa menos que 1.200 kilogramos (2.645 libras)La doble “burbuja” en el techo, marca registrada de Zagat, no es solo una firma de diseño, sino un homenaje a un clásico que se remonta a la década de 1950.
Zagato no se decantó por el espectáculo. No hay alerones enormes ni curvas superfluas. La aerodinámica se esconde en la parte inferior: difusores y conductos ocultos generan carga aerodinámica sin que el coche muestre su potencia. El resultado es una elegancia que se respira en las proporciones, no en la agresividad.
Interior: un templo para el conductor: Capricorn 01 Zagato
Si esperabas una pantalla digital o un asistente de voz, estás en el coche equivocado. Aquí encontrarás indicadores analógicos, interruptores de aluminio y titanio, y un olor... Cuero Connolly y AlcántaraNo hay sistema de información y entretenimiento, solo un espacio limpio que te obliga a mirar la carretera, no la pantalla.
Los asientos son fijos: tu espalda se adapta al coche, no al revés. En cambio, puedes ajustar volante, pedales e incluso la palanca de cambiosQue se puede mover unos centímetros hacia adelante o hacia atrás. Es simple pero preciso. Un minimalismo que no busca la atención, sino el enfoque.
Mecánica: a medida de la pasión: así es también el Capricorn 01 Zagato
El chasis es clásico de competición: doble brazo A (doble horquilla) Delantera y trasera, con Amortiguadores Bilstein y tres configuraciones: Confort, Sport, Pista. Los frenos son carbono-cerámica con pinzas de 6 pistones, que proporcionan una potencia de frenado brutal y un desvanecimiento mínimo a altas velocidades.
El mecanismo de dirección solo utiliza asistencia eléctrica a baja velocidad, pero al superar los 80 km/h (50 mph), la electricidad desaparece y solo queda el contacto directo entre el volante y el neumático. Es una sensación que los coches modernos han ocultado durante mucho tiempo tras capas de algoritmos.
Exclusivo: 19 ejemplares, ninguno igual
Zagato y Capricornio han creado algo único juntos, literalmente. Solo uno se construirá. 19 coches, que refleja simbólicamente el año de fundación de Zagato: 1919. Cada ejemplar se fabricará a mano en Alemania, en la planta de Capricorn cerca de Nürburgring, y se personalizará según los deseos del cliente.
Las primeras entregas están previstas para primer semestre de 2026, y el precio ronda los 2,95 millones de euros (3,1 millones de dólares) – antes incluso de empezar a pensar en los impuestos.
Conclusión: Resistencia analógica en la era digital
El Capricorn 01 Zagato no es un coche para quienes buscan comodidad, tranquilidad ni Apple CarPlay. Es una máquina para quienes entienden el sonido del metal, la sensación de una vibración de la transmisión y la delgada línea entre el control y la locura.
En un mundo donde los coches se conducen solos, este Zagato te exige conducir. Y si aún tienes un poco de gasolina en la sangre, sonará como una canción de libertad: estridente, mecánica y maravillosamente humana.