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¿Cómo piensan aquellos que son propensos a hacer trampa? ¡¿Comprueba si tu hombre es propenso a hacer trampa?!

Hacer trampa puede ser una constante en una relación

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Foto: elementos envato

El engaño es un fenómeno complejo y a menudo doloroso en las relaciones amorosas. Las razones por las que las personas hacen trampa son variadas: desde el aburrimiento hasta la búsqueda de atención, pero el denominador común suele ser la insatisfacción con la relación actual. La gente busca lo que les falta en casa, ya sea conexión emocional, pasión o comprensión.

Sin embargo, el mayor defecto en las relaciones es la falta de comunicación abierta. Algunas personas no se dan cuenta de lo que se están perdiendo hasta que lo encuentran en otra parte. Irónicamente, muchos problemas podrían resolverse mediante un diálogo regular y honesto.

Hacer trampa no es una decisión impulsiva, sino más bien un proceso que surge de problemas subyacentes en la relación. Curiosamente, las investigaciones muestran que los hombres son más propensos a hacer trampa que las mujeres, y que las trampas a menudo surgen de sentimientos de inseguridad en la relación o de una falta de intimidad. También es interesante que los tramposos no necesariamente buscan una "mejor" pareja, sino simplemente alguien diferente.

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¡Veamos algunos datos interesantes sobre las trampas y las cosas que todos los tramposos tienen en común!

• La persona protege demasiado su teléfono celular.
• Estadísticamente, los hombres hacen trampa con más frecuencia que las mujeres.
• La gran mayoría de quienes hacen trampa se sienten inseguros en su relación actual.
• Las personas que hacen trampa suelen coquetear con muchas personas a su alrededor.
• La falta de intimidad es una de las primeras señales de que tu pareja te puede estar engañando.
• Quienes engañan a menudo no piensan que su amante/amante sea mejor que su pareja actual, sino que los perciben como diferentes.
• El narcisismo es un rasgo que a menudo se asocia con la infidelidad.
• Criticar a su pareja suele ser una forma de desviar la atención de su propio comportamiento inadecuado.
• Las trampas suelen ocurrir en estado de ebriedad.
• Los matrimonios y relaciones infelices son a menudo la causa de las trampas.

La mayoría de las parejas engañadas asumen erróneamente que la persona con la que su pareja engañó es mejor que ellos. Como resultado, pierden la confianza en sí mismos y creen que su pareja no los valora lo suficiente. Esto no es verdad. Las personas que engañan normalmente no ven a su amante como mejor que su pareja actual, simplemente los ven como diferentes. Es importante entender esta diferencia.

La clave para comprender a las personas que hacen trampa es aprender sobre sus mecanismos de afrontamiento de las consecuencias de sus acciones.

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Echar la culpa es una táctica común de ellos

Es raro que una persona que hace trampa admita su error y exprese remordimiento. Suelen continuar con su conducta infiel hasta que su pareja sospecha algo. Sin embargo, cuando se enfrentan al descubrimiento de su naturaleza infiel, a menudo adoptan una actitud de culpabilidad o fingen que no pasa nada y afirman que su pareja simplemente está siendo paranoica.
Esto puede causar confusión y frustración, pero es la forma en que funciona su mente cuando empiezas a sospechar o cuando descubres evidencia de su infidelidad. En lugar de admitir que son culpables de hacer trampa, se concentran en encontrar formas de hacerte creer que es tu culpa.

No permitir para destruir tu autoestima. Hacen esto para desviar la atención de sí mismos. En lugar de afrontar sus acciones, quieren que te concentres en ti.

Aquí hay algunas declaraciones comunes que hacen las personas infieles cuando se las confronta:

"¡No confías en mí!"
"Fue algo de una sola vez".
"No significó nada para mí".
"No es lo que parece."
"Ya no soy feliz".
"Lo hice porque no teníamos suficiente sexo".
"¡Él/ella misma vino a mí!"
"Esto pasó hace mucho tiempo. Las cosas son diferentes ahora”.

Cuando el fraude queda al descubierto, los defraudadores suelen echar la culpa a otros o eludir la responsabilidad. Rara vez admiten su culpa y a menudo se hacen las víctimas. Cuando se les confronta, sus palabras suelen ser evasivas o negadoras, como “No fue nada importante” o “No quise lastimarte”.

La cuestión de si se debe recuperar a un tramposo es compleja y depende de cada individuo. Las razones clave para que un tramposo no regrese son la posibilidad de repetir el acto, cuestiones de confianza y el hecho de que es difícil olvidar el engaño. Sin embargo, si ambos socios realmente quieren trabajar para mejorar la relación y ambos están dispuestos a comprometerse y cambiar, puede valer la pena darle otra oportunidad a la relación.

Hacer trampa es una parte complicada y dolorosa de muchas relaciones, pero comprender sus causas y consecuencias puede ayudar a aclarar cómo afrontarlo. La clave para una relación sólida sigue siendo la comunicación abierta y el entendimiento mutuo.

¿Qué dice la ciencia sobre las trampas?

La investigación científica sobre las trampas revela muchos hallazgos interesantes. La infidelidad sigue siendo una de las principales razones de divorcio. Si bien las tasas de divorcio han disminuido en las últimas décadas, muchas parejas todavía se separan debido a trampas. Las investigaciones muestran que las causas más comunes de divorcio son la falta de compromiso y la infidelidad, seguidas de conflictos y discusiones excesivos, matrimonio prematuro, problemas financieros, problemas con el alcohol o sustancias y la violencia doméstica. Las tasas de relaciones extramatrimoniales oscilan entre 30 y 60 % para hombres casados ​​y entre 20 y 50 % para mujeres casadas.

El modelo de infidelidad sugiere cinco áreas motivacionales que conducen a relaciones extramatrimoniales: sexualidad, insatisfacción; satisfacción emocional, insatisfacción o privación emocional; contextos sociales que facilitan el engaño, como la separación prolongada; actitudes y normas, por ejemplo, si se conocen casos de relaciones extramatrimoniales en otras parejas; y la venganza-hostilidad, por ejemplo, como medida de represalia tras la infidelidad de una pareja.

En la investigación, los participantes expresaron diversas actitudes que podrían llevarlos a hacer trampa, como una respuesta natural a la infidelidad de su pareja, el deseo de sentirse deseable, la falta de relaciones sexuales con su pareja, una conexión emocional con otra persona, ausencia prolongada. de una pareja, oportunidades con colegas del sexo opuesto, la creencia de que la pareja no se enterará de la aventura y la creencia de que ciertos contextos son aceptables para las relaciones extramatrimoniales.

Estos hallazgos sugieren que las razones para hacer trampa son complejas y varían de un caso a otro, reflejando una variedad de factores sociales, emocionales e individuales.

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