¿Sabías que para el % de abril del 80 no se cumplen todos los propósitos de año nuevo? ¿Por qué? Porque romper los malos hábitos es un trabajo duro. Requiere compromiso y acción.
Romper los malos hábitos es un trabajo duro. Primero, encuentre una razón convincente para reemplazar sus malos hábitos por buenos. En segundo lugar, identifique los pensamientos o creencias que le impiden cambiar sus hábitos. En tercer lugar, encuentre buenos hábitos que le resulten agradables para que pueda romper el ciclo de los malos hábitos.
1. Profundiza en el verdadero motivo por el que abandonas los malos hábitos
Cuando creas una meta o intención de dejar un mal hábito y reemplazarlo por uno bueno, ¿cuál te dices a ti mismo que es la razón del cambio? ¿Que debemos hacerlo o que nos gustaría hacerlo?
A nadie le gusta que le digan qué hacer, por lo que si crea nuevos hábitos por un sentido del deber, sus posibilidades de fracaso son bastante altas. Pero si realmente quiere romper con sus malos hábitos por una buena razón, esa buena razón lo motivará a seguirlos de manera más consistente.
Además, palabras como "debe", "intentar" y "tal vez" reducen sus posibilidades de continuar. En su lugar, utilice palabras como "lo haré" y "quiero" para decirle a su cerebro que está comprometido con ello.
2. Descubre tus miedos y excusas
Una vez que tenga una fuerte motivación para cambiar sus malos hábitos, necesita descubrir qué historias inventadas o creencias que se dice a sí mismo podrían estar impidiendo que haga el cambio.
Somos maestros de las excusas, especialmente cuando queremos justificar no hacer algo.
Si no cree que tiene el tiempo o la energía para hacer algo, no encontrará el tiempo o la energía para hacerlo. Si crees que algo es la única manera de sentirte relajado, nada más funcionará.
Cuando reconozca las historias y creencias inventadas, inviértalas y dígase lo contrario. Escriba nuevos pensamientos e historias y léalos regularmente hasta que crea que son ciertos.
3. Transforma tu bucle simple
Incluso si está muy motivado y tiene buenas intenciones, romper los malos hábitos puede ser difícil. ¿Por qué? Porque te gusta elegir lo que te resulta más cómodo en ese momento. Cuando encuentra buenos hábitos que también disfruta, se vuelve más fácil romper el ciclo de los malos hábitos y cambiar su vida.
¿Pero cómo? Mire el curso de acción y el proceso de recompensa por el que pasa por cada hábito que tiene.
Es posible que los buenos hábitos no se sientan tan bien cuando los practica, pero ¿cómo se siente más tarde o al día siguiente de haber elegido un hábito más saludable? ¿Dormiste mejor? ¿Tienes más energía? ¿Te sientes orgulloso de ti mismo?
Una vez que comienzas a entrenar tu cerebro para disfrutar la recompensa de un buen hábito en lugar de uno malo, se vuelve más fácil romper los círculos de los malos hábitos.
4. Presta atención a la rebelión dentro de ti
Hay una razón por la que sigues nuevos hábitos por un tiempo y luego vuelves a los malos. Al cerebro no le gusta el cambio y comienza a resistirse. Puede sentirse culpable por tener buenos hábitos. O puede que tenga amigos que envidien nuestro cambio y deseen que usted no tenga éxito.
5. Ayuda de un compañero
Incluso si eres una persona motivada con grandes motivos e intenciones, habrá días en los que volver a los viejos hábitos parezca bastante tentador. Estos son los días en los que necesita un socio responsable, alguien a quien pueda llamar para recordarle por qué lo está haciendo.
6. Continuar hasta que empiece a funcionar
Cambiar hábitos lleva tiempo, pero si no disfruta de sus nuevos hábitos, romperlos será tentador.
Cuando reemplace un mal hábito por uno bueno, asegúrese de disfrutar el buen hábito. Nadie dice que tienes que apegarte a un buen hábito si no te gusta. Prueba otras buenas prácticas hasta que encuentres lo que te funciona y te motiva a no adquirir un mal hábito.
7. Pasos pequeños y manejables
Las personas no aprenden a andar en bicicleta oa nadar de la noche a la mañana, y cambiar los hábitos no es diferente. Intentar hacer demasiados cambios a la vez aumenta la probabilidad de fallar.
Divide tus nuevos hábitos en pasos pequeños y manejables, y una vez que hayas hecho uno, continúa con el siguiente. Celebra las pequeñas victorias en el camino.