El cambio da miedo porque significa salir de la zona de confort, adentrarse en un terreno desconocido, el riesgo, la certeza de los errores en la incertidumbre. Pero cualquier cambio es mejor que el estancamiento. Cuando permaneces igual y no cambias en absoluto, significa que estás estancado.
Te quedas en un lugar que conoces (dentro y fuera de ti), te sientes cómodo y no tienes que esforzarte para responder a los desafíos. Despierta a la misma hora todos los días, haz las mismas cosas en el mismo horario, de la misma manera. La rutina es reconfortante, placentera, se convierte en un hábito y no te agobia, no te preocupas, ni siquiera piensas en cómo cambiarla. La vida da vueltas, cada día es una repetición del anterior y es como si no viviéramos nada. Si bien esto no te asusta en absoluto, debería hacerlo.
Los cambios son inevitables. Desde el nacimiento hasta la muerte, la vida es el resultado de un cambio constante. El cambio es sinónimo de vida, al igual que el crecimiento y el desarrollo. Si no cambias, no progresas, no aprendes, no te desarrollas, pero te quedas en tus creencias e ideas.
En esta posición, comienzas a conformarte con lo mínimo para evitar lo inesperado. Temes al riesgo, temes tomar la decisión equivocada cuando te encuentres en una situación desafiante. Pero los desafíos no desaparecerán solo porque trates de evitarlos. El curso simple e implacable de la vida te traerá suficientes cambios con los que lidiar, especialmente pérdidas y dolor.
Acepte los cambios. Son naturales, abrázalos y respétalos. Y ábrase a los cambios que puede hacer en su vida a través del propósito, el aprendizaje, la curiosidad, el establecimiento de estándares y metas más altos.
Es mucho mejor arriesgarse y fallar que no intentarlo en absoluto. Es mucho mejor encontrar la paz sabiendo que lo has intentado, en lugar de quedarte quieto por miedo, protegido por la comodidad y la aparente seguridad.
Pero puedes encontrar muchas razones para no enviarle ningún mensaje de texto. Si nunca lo envías, lo único cierto es que nunca sabrás si habrá una respuesta, cuál sería la respuesta y adónde te llevaría.
No puede esperar viajar a menos que haya establecido un destino y comprado un boleto. No puedes esperar ser amado si no te abres al amor. No puedes despertarte en una habitación llena de mala energía y esperar tener un gran día.
Si ha estado esperando mucho tiempo a que algo cambie, tiene hora de dejar de esperar y seguir haciendo cambios. No tienes que hacer nada radical y atrevido. Cambia una cosita. Crear un nuevo diseño en la sala de estar. Mueva la lámpara a otro lugar. Cambia las fundas, añade un color un poco más vibrante, tira cojines, quita la alfombra.
Da un paso, luego otro y otro. Basta caminar un rato por el camino que te llevó al primer paso. Cuando des ese paso en un ámbito de la vida, cuando te atrevas y tomes acción, te será más fácil darlo en otro nivel.
El cambio es como una danza que cambia constantemente de ritmo. Tropiezas un poco, en algún momento te sueltas y juegas, pero luego el ritmo cambia y de nuevo aprendes nuevos pasos. ..