¿Quizás no te sientes preparado o no crees que puedas hacer tus sueños realidad? ¿No crees que es el momento adecuado todavía? Es solo miedo. Y el miedo es excelente para encontrar excusas muy convincentes.
Siempre habrá una explicación racional para no hacer algo: estás demasiado ocupado, tienes otras prioridades, no es el momento adecuado, algo te molesta. ¿Pero sabes que? Siempre habrá algo que te moleste. Siempre tendrás problemas urgentes que resolver. La rutina de la vida te hará retroceder y te proporcionará una fuente inagotable de excusas.
Siempre habrá algo en el camino. Alguien cuyas necesidades y problemas son urgentes y requieren tu intervención, tu forma de vida, la sensación de que traicionarás a todos los que te rodean si haces algo solo por ti.
Amores que te ocuparán, creencias que no podrás superar y revelar, dudas. No tienes que preocuparte por quedarte sin excusas. Siempre encontrarás algo que no puedes hacer.
Parada. Tienes un deseo, un deseo. Tienes una idea, sabes lo que necesitas hacer para expresarte de la manera correcta, para sentirte mejor, para lograr tu integridad en todos los planes de vida. No es que no sepas exactamente lo que quieres, es que tienes miedo de hacerlo. Mira tus dudas, incertidumbre, cautela, vacilación. Mira tu mente calculando lo que perderás hasta conseguir lo que quieres y lo que serás si lo pierdes todo. Por eso el riesgo se llama riesgo, porque puedes perder.
Es posible que tengas que perder algo para ganar algo más. Puede que tengas que invertir una cierta cantidad de tu vida para conseguir algo, tiempo durante el cual tendrás que descuidar a tu pareja, familia, vida social, aficiones. Invertir en un sueño significa rendirse, significa que no puedes vivir la vida a la que estás acostumbrado.
Puede sentir que la vida se le está pasando, pero todo se trata de disciplina y responsabilidad. Si quieres lograr algo, tienes que trabajar en ello, y trabajar en cualquier cosa requiere tiempo, concentración y energía.
A veces tienes que luchar contigo mismo para avanzar hacia algo que quieres lograr. Durante un tiempo, tienes que sentir la presión que te obliga a hacer algo. Tienes que estar insatisfecho, experimentar fracasos y gastar muchas excusas.
¿Necesita algo tan desesperadamente que está dispuesto a arriesgar, invertir, darse por vencido, trabajar sin recompensa? Si la respuesta es sí, todas las excusas se desvanecen. Luego te metes en algo que vale la pena cada esfuerzo, y todo lo demás pasa a un segundo plano, lo que sea que eso signifique y lo que implique.
Por supuesto, las excusas todavía están al alcance de la mano y se ofrecen a cada paso, especialmente cuando estás inseguro, pero si tienes la motivación, la voluntad, la determinación y la conciencia para dar lo mejor de ti, vencerás la tentación de poner excusas.