Durante el descanso, Djokovic atendió las llamadas de sus fans e hizo un striptease. También invitó a su oponente Dimitrov al mismo entretenimiento para la multitud, quien al principio se resistió, pero luego obedeció a la multitud de todos modos.
Djokovic demuestra una vez más que sabe cómo impresionar al público una y otra vez con contribuciones que están fuera del concepto del tenis, pero que son muy importantes para la popularidad de este deporte, que siempre necesita estrellas así.