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El Mercedes-Benz Clase S será solo un coche en el futuro, por lo que el EQS dejará de fabricarse

Sólo uno puede ser el Mercedes-Benz Clase S

Foto: Mercedes Benz

Mercedes-Benz se está preparando para una nueva estrategia que combinará las versiones gasolina y eléctrica de la Clase S en una sola plataforma. El modelo EQS perderá terreno con esto, pero ¿la nueva dirección traerá verdadera innovación o simplemente ahorros de costos?

¿Quién hubiera pensado que Mercedes-Benz dejaría de producir su prestigioso EQS después de sólo una generación? Parece que la marca con sede en Stuttgart seguirá los pasos de BMW, que ya ofrece su Serie 7 con motores tanto de gasolina como eléctricos. El nuevo enfoque de Mercedes de combinar la Clase S con ambas propulsiones parece prometedor a primera vista, pero ¿se trata de una innovación o simplemente de una medida de ahorro de costes? Como siempre, el diablo está en los detalles.

La Clase S de Mercedes-Benz es desde hace décadas sinónimo de lujo, innovación y tecnología de vanguardia. Por eso no sorprende que la decisión de combinar sistemas de propulsión de gasolina y eléctricos en un solo modelo despertase mucho interés, y también escepticismo. Es probable que EQS, la versión eléctrica del sedán, siga siendo sólo una breve nota en la historia de la marca, ya que la Clase S de próxima generación estará disponible con ambos sistemas de propulsión, pero en plataformas diferentes.

Dos plataformas diferentes, un objetivo

En Mercedes-Benz decidieron que las versiones gasolina y eléctrica del nuevo Clase S se basarán en plataformas diferentes. El modelo de gasolina se basará en una versión actualizada de la plataforma MRA actual, mientras que la versión eléctrica se construirá en la plataforma dedicada MB.EA Large. Esto significa que los dos coches compartirán características de diseño e interiores lujosos, pero el diseño técnico permanecerá separado.

A diferencia de BMW, que utiliza la misma plataforma para el Serie 7 y el i7, Mercedes-Benz opta por un enfoque más específico. La plataforma MB.EA Large permitirá que la versión eléctrica tenga voladizos más cortos y una distancia entre ejes más larga, proporcionando más espacio interior y mejores características de conducción. Aunque los dos vehículos compartirán diseño, se espera que tengan proporciones diferentes, dando a ambos modelos un aspecto único.

Foto: Mercedes Benz

¿Innovación o ahorro?

La decisión de utilizar dos plataformas diferentes puede verse como un intento de mantener la innovación y al mismo tiempo reducir costos. La carrocería y la mayoría de elementos de diseño serán los mismos. Entonces no serán dos líneas de modelos. De esta manera, Mercedes-Benz evita la necesidad de una plataforma completamente nueva para la versión eléctrica: sólo es fundamentalmente diferente, pero se le atribuye lo "conocido", lo que reduce los costes de desarrollo. Aun así, la pregunta clave será si este enfoque ofrecerá la misma calidad de conducción e innovación que los clientes esperan de la marca. ¿Se harán demasiadas concesiones para fabricar el mejor coche posible?

Se espera que la nueva Clase S eléctrica cambie a una arquitectura eléctrica de 800 V, lo que permitirá una carga significativamente más rápida: hasta 80 baterías % con capacidad en solo 21 minutos. Además, se habla de una química mejorada de la batería que podría aumentar la autonomía del vehículo, aunque los detalles aún no están claros. Sin embargo, Mercedes-Benz tendrá que pagar una multa en el saco de las invasiones si quiere mantener su supremacía en el mercado de los sedanes de lujo.

¿Primeras señales de problemas?

El año 2024 no tuvo un comienzo prometedor para la Clase S y el EQS. Las ventas de estos dos modelos cayeron en casi 37 % en el primer trimestre, lo que obligó a Mercedes-Benz a limitar la producción a un solo turno. Esto es casi un desastre para la industria automotriz, y se espera que los modelos premium como la Clase S y el EQS generen ganancias. La caída de la demanda y la reducción de la producción pueden ser una señal de que los compradores no están satisfechos con la oferta actual, lo que pone en duda el futuro de ambos modelos.

Conclusión:

Mercedes-Benz se enfrenta a una tarea difícil: combinar motores de gasolina y eléctricos en la Clase S de nueva generación sin perder el prestigio por el que es conocida. A pesar de las promesas de mayor eficiencia y carga más rápida de la versión eléctrica, la pregunta sigue siendo si este movimiento realmente cumplirá con las altas expectativas de los clientes.

Puede que la historia del EQS esté llegando a su fin, pero la nueva Clase S tendrá que demostrar que es más que una simple colección de compromisos. Si Mercedes-Benz no tiene cuidado, podría seguir los pasos de BMW y crear un vehículo simplemente demasiado genérico para sus clientes. La industria automovilística europea se enfrenta a una competencia cada vez mayor por parte de China, que podría tomar la delantera si las marcas tradicionales no se adaptan a las nuevas condiciones.

Si Mercedes-Benz no repite el error de BMW, la nueva Clase S podría convertirse en un símbolo de la transición a una nueva era eléctrica. De lo contrario, podría convertirse en el último clavo en el ataúd de la industria automovilística europea, al menos en lo que respecta a los sedanes de lujo.

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