El Ferrari 12Cilindri no es un coche. Es una obra de arte que nació por accidente con matrícula en lugar de firma. Su motor de doce cilindros es una oda a la necesidad de gasolina, incluso cuando el mundo jura por la electricidad. Y entonces llega Novitec, el gurú del tuning de un mundo donde «basta» es casi una palabrota, y dice: «Muy bien, Ferrari. Ahora te mostraremos qué pasa cuando la belleza se pone seria».
En la era de los crossovers eléctricos ferrari Ofrece algo casi mítico: un V12 atmosférico. 6,5 litros de cilindrada, 610 kW (830 CV), 678 Nm de par. De 0 a 100 km/h en 2,9 segundos, de 0 a 200 km/h en menos de ocho, y alcanza una velocidad máxima superior a los 340 km/h. Ferrari 12 cilindros Novitec Se basa en esta historia.
¿El sonido? Es como si Zeus hubiera lanzado un rayo a la batuta de un director de orquesta.
Cada arranque de motor es una pequeña protesta contra un futuro donde todos susurremos en lugar de rugir. Y por eso 12Cylinders es una hermosa rebelión en sí misma: una oda mecánica a la tenacidad.


Novitec: cirujano estético
Los maestros alemanes de Stetten hicieron lo que mejor saben hacer: no mataron el espíritu Ferrari, sino que lo esculpieron a la perfección. Los añadidos de fibra de carbono —el alerón delantero, el difusor, los faldones laterales e incluso el capó— no están pensados para lucirse frente a un café. Son pura poesía aerodinámica. El viento los sentirá antes de que los veas.
Los muelles deportivos rebajados acercan aún más el coche al suelo, como si se preparara para despegar. Y luego están las llantas —de 21 pulgadas delante y 22 detrás— fruto de la colaboración con la estadounidense Vossen. Cada radio está esculpido en acero como una frase italiana: corto, afilado y con mucha personalidad.
Garganta Dorada Maranella – Ferrari 12Cilindr Novitec
El sistema de escape Novitec para el Ferrari 12 Cilindri es una auténtica obra de arte sonora. Titanio, INCONEL, e incluso, si estás dispuesto a pagar por puro hedonismo, chapado en oro de 999 capas. ¿Por qué? Porque los tubos de oro realzan mejor el sonido de la gloria.
El sistema de alerones activos permite que el coche sea un caballero refinado… o una orquesta infernal, según el humor.
¿Las cifras sobre la potencia extra? No son oficiales. Pero el sonido lo dice todo: más limpio, más crudo, más «Ferrari».


Un interior nacido para el ego
En su interior, el 12Cilindr es un santuario de confianza. No hay lugar para el minimalismo: solo lujo a medida. Cuero, Alcantara, carbono y colores que no encontrarás en la naturaleza.
Novitec permite una personalización completa: si desea asientos del color de una puesta de sol napolitana o un volante con costuras en contraste que refleje su personalidad, ellos lo hacen posible. Aquí no hay clientes. Solo hay artistas y sus encargos.
En la carretera: el arte de la velocidad
El Ferrari 12Cilindri Novitec no está hecho para atascos. Es un coche que apenas se inmuta a 250 km/h y solo empieza a rugir en su registro natural a 300 km/h.
Al acelerar, ya no ves la carretera, sino el tiempo expandiéndose. La dirección es directa, el motor responde al instante y la sensación es… casi religiosa. Ya no conduces, te conviertes en parte de la mecánica.

Realidad y romance
Sí, todo esto tiene un precio. El Ferrari 12Cilindrà original cuesta alrededor de 395.000 €, y la personalización de Novitec añade varias decenas de miles más, dependiendo de la cantidad de oro y fibra de carbono que se desee.
Y si te preguntas si Ferrari lo "aprueba", por supuesto que no. Pero esa es la belleza: las verdaderas pasiones nunca piden permiso.
Conclusión: el automóvil como declaración
El Ferrari 12Cilindrii Novitec es la prueba de que el romanticismo no ha muerto. De que aún hay quienes prefieren escuchar una orquesta mecánica al silencio de un motor eléctrico.
Este es un coche para quienes no miden la potencia, sino los latidos del corazón. Para quienes entienden que la perfección no es una meta, sino la sensación de saber que, por un instante, poseen algo que trasciende la razón.
Ferrari creó poesía a partir del metal.
Novitec le añadió un toque de fuego.





