Una táctica que destruye su reputación y credibilidad. Si lo notas en tu pareja, lo mejor es hablar con él, y si lo niega, déjalo cuanto antes. Es decir, los manipuladores usan varias tácticas para lograr sus objetivos egoístas. Su propósito es humillar a la persona con la que están en una relación afectiva.
Estas personas manipulan fácilmente los sentimientos de otra persona, ya que esto les brinda una gran alegría y satisfacción.
Nadie quiere tener ese tipo de persona en su vida, y mucho menos quiere tener una relación con ese tipo de persona.
Aunque los manipuladores son muy difíciles de detectar a primera vista, hay una señal importante a recordar que puede revelarlos.
La primera señal de que una persona es manipuladora es la difamación.
Los manipuladores amenazan tu autoestima y te hacen sentir indigno, te hacen sentir mal.
Como no pueden controlar cómo te perciben los demás, asumen el papel de víctima e intentarán difamarte delante de los demás calumniándote. Te convertirás en la persona que quiere destruirlos.
La difamación es común en las relaciones románticas y de amistad. Es una forma con la que los manipuladores quieren destruir tu reputación e imagen de ti, con personas cercanas a ti, para que no tengas apoyo de ellos en caso de que decidas terminar esa relación.
En este caso, se presentará, como ya hemos comentado, como una víctima y como alguien que lucha por la existencia de la relación mientras tú no haces nada.
Los manipuladores luego usan varias mentiras, se aprovechan de sus debilidades, secretos y miedos.
La mejor manera de prevenir la difamación es tener siempre el control y ceñirse a los hechos. Lo mejor es decir siempre la verdad y sólo la verdad. No te disculpes cuando no es tu culpa, pero cuéntalo todo honestamente.
Las personas que realmente confían en ti y te respetan entenderán toda la situación. Es importante que seas fuerte, coherente contigo mismo y que perseveres hasta el final. No te desvíes de la verdad.
Reconoce a tiempo las tácticas manipuladoras y no te preocupes por las opiniones de los demás, porque la máscara del manipulador siempre se cae de la cara.
