En realidad, no puedo prometerte nada. Las promesas no importan. No son garantías. Suenan bien, pero no siempre son realistas.
Las promesas son solo palabras. Las palabras son solo eso, palabras.
No te prometeré que te amaré para siempre y que nunca me preguntaré adónde vamos. Yo tampoco quiero tus promesas. Sólo quiero acciones que hablen el lenguaje del amor.
Te amaré con mi pasado y el tuyo. Nunca ocultaré mi equipaje. Abriré la maleta y miraremos dentro juntos.
No estoy ocultando nada. No nos revolcaremos en relaciones pasadas, pero tampoco tendremos miedo de hablar de ellas.
Mi mundo ha cambiado desde que estábamos juntos. Cada vez que no estás, siento que falta algo, que no puedo estar satisfecho sin ti. Sé que lo soy, pero cuando estás conmigo, soy más feliz. Tranquilizado.
No nos reunimos para completarte. De ninguna manera. Tu eres lo que eres. Eres suficiente para ti. Soy suficiente para mí mismo.
Amaré todos tus lados, desde el bueno, el malo hasta los rincones más profundos y oscuros de tu ser.
Quiero conocerte a una profundidad que nadie se ha atrevido a explorar. Quiero escuchar la historia de cada cicatriz en tu alma. escuchare tu silencio y tu silencio entonces hablará más que mil palabras.
Nunca te limitaré. Te dejaré recorrer el camino de la vida a tu manera. Y sé que me dejarás hacer eso también.
Cada uno de nosotros somos imperfectos por nuestra cuenta, pero juntos somos imperfectamente perfectos. NOSOTROS.
Eres la parte más importante de mi vida. Gracias por asistir.