En el sereno abrazo del Mar Báltico se encuentra Estonia, un país que imperceptiblemente ha tejido la riqueza de su tapiz histórico con hilos de innovación tecnológica. Conocida por sus paisajes pintorescos, arquitectura medieval y vibrante escena cultural, Estonia es más que una simple entidad geográfica; es un faro de progreso en el mundo digital.
Estonia
A pesar de su pequeño tamaño, este país es uno de los más innovadores del mundo: las cosas en las que están marcando el camino realmente justifican el título de "tierra del futuro".
En Estonia, la tierra del hielo, de los veranos paradisíacos y de los interminables atardeceres, se ha vuelto a abrir la carretera de hielo que cruza el helado Mar Báltico. Es la primera y más corta de las seis carreteras, tiene 3,9 kilómetros de longitud y por ella pueden circular vehículos de hasta dos toneladas y media. Allí no se aplican las mismas normas de circulación que en las carreteras asfaltadas, porque, entre otras cosas, ¡no se debe llevar puesto el cinturón de seguridad al conducir por una carretera helada! Descubra por qué a continuación.
Pocos países del antiguo Bloque del Este han dado un paso tan grande en el desarrollo como los tres pequeños estados bálticos. Estonia, la más pequeña de ellas, es convertida en estrellas por los visitantes.