Por regla general, los Fiat tóxicos se producen en Abarth, donde se encargan del "peinado" necesario tanto de la carrocería como del motor. La última vez que pusieron sus manos en el Fiat 500C (la 'C' representa la reencarnación descapotable de la leyenda) nació el Abarth 500C. La carrocería se vistió con un elegante esquema de color en dos tonos, se agregó un spoiler, llantas de 17 pulgadas...