En la última década, la forma de comprar ha cambiado drásticamente. Si bien no hace mucho solíamos ir a la ciudad o a los centros comerciales para hacer todas nuestras compras, ahora nos quedamos en casa y navegamos por la web. El uso generalizado no solo de computadoras, sino especialmente de teléfonos inteligentes, y el número cada vez mayor de minoristas que ofrecen productos en línea, ha creado una especie de revolución comercial.
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