Giorgio Armani falleció hoy a los 91 años. Los homenajes han llegado desde el mundo de la moda, y la casa ha anunciado que abrirá una sala de duelo en Milán para el público y un funeral privado. Había estado lidiando con problemas de salud en los últimos meses y en junio se saltó los desfiles de moda de su marca en Milán por primera vez en cinco décadas.
Tan pronto como se supo la noticia, sus eternos embajadores se pronunciaron. Julia Roberts compartió un recuerdo y un corazón en redes sociales, y la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, lo calificó como un ícono del talento italiano, prueba de ello. giorgio armani Trascendió la moda y se convirtió en un ícono cultural. El Grupo Armani anunció un funeral público en Milán durante el fin de semana y un funeral privado el lunes.
De Piacenza al Renacimiento de moda de la suite
giorgio armani Nació en Piacenza. Primero estudió medicina, pero dejó la universidad y consiguió trabajo como escaparatista y, posteriormente, como comprador en los famosos grandes almacenes milaneses La Rinascente. Después se trasladó a Nino Cerruti, donde empezó a diseñar ropa masculina y se consolidó como un maestro del traje. En 1975, él y su socio Sergio Galeotti fundaron su propia marca en Milán, comenzando con una línea masculina y expandiendo rápidamente el imperio para incluir colecciones femeninas, accesorios, fragancias e interiores.
Revolución silenciosa: Cuando un vestido susurra, no grita
Su estética era un manifiesto de «lujo silencioso»: hombros suaves, líneas fluidas, tonos que no compiten con el espacio, sino que lo cultivan. En la década de 1980, su vestuario femenino ofrecía una alternativa cómoda y elegante a los rígidos trajes de «poder», mientras que Richard Gere en la película Gigoló americano Llevaba una chaqueta que convertía la vestimenta de negocios en una mitología cinematográfica. Armani grabó todo esto en la memoria colectiva, no como una tendencia, sino como un estilo de vida.
El imperio de Giorgio Armani que siguió siendo único
Armani era una rareza entre las grandes firmas: hasta el final, se mantuvo como único propietario de su grupo, comprometido con la independencia y la identidad milanesa. El grupo generó aproximadamente 2.300 millones de euros en ingresos en el último ejercicio, lo que lo situó entre las mayores casas de moda privadas. Pero para Armani, las cifras siempre estuvieron al servicio de una idea: minimalismo eterno, precisión y fidelidad a la artesanía italiana.
Herencia: cimientos cuidadosamente establecidos
Al no tener hijos, lleva años formulando un sólido plan de sucesión. En el centro de este se encuentran su hermana Rosanna, sus sobrinas Silvana y Roberta, su sobrino Andrea Camerana, su colaborador de toda la vida, Pantaleo (Leo) Dell'Orco, y la fundación; los seis forman parte del consejo de administración. Los estatutos de 2016 detallan la distribución del capital, las diferentes participaciones y responsabilidades, e incluso el proceso de nombramiento de los futuros responsables de diseño femenino y masculino, garantizando que la dirección creativa se mantenga fiel a un estilo esencial, moderno, elegante y sin pretensiones, con una atención obsesiva a la comodidad.
Brújula empresarial: cinco años de paz y prudencia
El plan también incluye disciplina financiera: no se hablará de una posible salida a bolsa ni de adquisiciones importantes durante al menos cinco años tras el fallecimiento del diseñador; este periodo provisional busca brindar estabilidad y continuidad. Los estatutos prevén un enfoque cauteloso en materia de fusiones, y la fundación tiene la clara misión de proteger los valores de la empresa y destinar parte del capital futuro a fines benéficos.
Milán, “su” ciudad
Giorgio Armani no solo vistió al mundo; contribuyó a convertir Milán en un centro de moda global. Desde boutiques hasta museos, desde cafés hasta hoteles, su sello distintivo era urbano y cultural. Es lógico que la ciudad rindiera homenaje al creador con una "camera ardente" donde sus admiradores pudieran despedirse antes de que la familia se retirara a la intimidad del funeral.
¿Qué queda cuando el foco se apaga?
Lo que queda son líneas que nunca envejecen; una disciplina que consideraba cada puntada como una sentencia; y un futuro cuidadosamente concebido en el que la marca se mantiene distintiva, elegante y llevable. El nuevo y antiguo equipo —familia y colaboradores de toda la vida— promete salvaguardar su legado sin giros dramáticos ni publicidad innecesaria. Si la moda era su lenguaje, su dialecto era el minimalismo que nunca se disculpa.