En un mundo donde creíamos que ChatGPT era el único sheriff del pueblo, Google acaba de traer un tanque al tiroteo. El propio Altman declaró "Código Rojo". Y créanme, el pánico en Silicon Valley huele más a servidores quemados que a café de la mañana.
Seamos sinceros, todos nos hemos vuelto demasiado cómodos. Nos hemos acostumbrado a... IA abierta, como uno se acostumbra con una fiable camioneta alemana. Funciona, es sólido, te lleva del punto A al punto B. Pero mientras nos dormíamos en los laureles y jugábamos con el GPT-4o, Google En su sótano en Mountain View, estaba construyendo algo monstruoso. Algo con suficiente torque para hacer girar el planeta en dirección opuesta. Se llama Gemini 3. Y de repente, esa camioneta alemana parece impulsada por una hormigonera. El propio Altman presionó... Código rojo.
Pero la historia no es tan simple. No se trata solo de quién tiene más… capacidad de procesamiento. Se trata de… IA abierta, la compañía que prácticamente inventó el furor de la IA moderna, se encuentra repentinamente acorralada. Según información que circula por los pasillos (y confirmada por fuentes como The Information), Sam Altman ha ordenado a sus ingenieros que activen el "Código Rojo". ¿Por qué? Porque su nuevo proyecto secreto, cuyo nombre en clave es Garlic, necesita urgentemente derrotar a... El gigante de Google.
Cuando el asfalto se acaba: ¿la escalabilidad está muerta?
Si sigues la industria automotriz, sabes que llega un punto en el que simplemente no se pueden añadir más turbinas a un motor sin que explote por completo. En el mundo de la inteligencia artificial, esto se conoce como las "Leyes de Escala". Ilia Sutskever, el padrino de la inteligencia artificial y un hombre que probablemente sueña en código binario, dijo recientemente: «La era del escalamiento ha terminado. Estamos volviendo a la era de la exploración».
Traducido a nuestro idioma: Simplemente lanzar más datos y más chips al problema ya no funciona. El muro está por delante. Andrej Karpathy, otro genio que conocemos de Tesla, coincide. Los modelos de lenguaje grande (LLM) actuales son como motores atmosféricos: han llegado a su límite. Necesitamos un impulso. Necesitamos algo nuevo.
Y aquí es donde se pone irónico. Justo cuando todos estos genios proclamaban la muerte del escalamiento y se burlaban de la idea de que "cuanto más grande, mejor", Google lanza Gemini 3 sobre la mesa.
Especificaciones que cuentan:
- Arquitectura: Google TPU (Unidad de procesamiento tensor): su monstruo de silicio de fabricación local.
- Modelo: Géminis 3 (modelo Frontier).
- Estado: Supera todo lo que OpenAI tiene actualmente en su garaje.
- Usuarios: Pasar de 450 millones a 650 millones de usuarios activos en pocos meses.
Google ha demostrado que el obstáculo para escalar puede existir para otros, pero si cuentas con tu propia infraestructura y el dinero suficiente para comprar un país pequeño, puedes superarlo sin problemas. Sus TPU representan lo que llamamos una "ventaja injusta" en la industria automotriz. Mientras otros esperan en fila para obtener chips de Nvidia, Google está horneando sus propias galletas en su propio horno.

Proyecto Garlic: OpenAI contraataca
Sam Altman No es de los que se quedan de brazos cruzados viendo la competencia. Los informes indican que OpenAI no ha lanzado un nuevo modelo "fronterizo" serio desde mayo de 2024 (GPT-4o). Eso es una eternidad en el mundo tecnológico. Es como si Ferrari vendiera el mismo modelo durante dos años sin una renovación. Inaceptable.
Por eso ahora cocinan ajo. No, no es un ingrediente para la cena, sino el nombre en clave de un modelo que supuestamente rivalizará con Gemini 3. Mark Chen, investigador principal de OpenAI, admitió que sufrieron cierta "atrofia muscular" antes del entrenamiento, pero ahora han vuelto al gimnasio.
Se dice que Garlic incorpora correcciones de errores de un proyecto fallido anterior llamado Charlotte Pete (en serio, ¿quién elige estos nombres?). El objetivo es claro: crear un modelo que no solo sea inteligente, sino que también tenga un mejor rendimiento en el tráfico diario.
¿Qué significa esto para nosotros, simples mortales?
Seamos sinceros. ¿De verdad te importa si tu coche tiene 500 caballos o 505? Probablemente no. Te importa si se conecta a tu teléfono y si el asiento es cómodo. Lo mismo ocurre con la IA.
La mayoría de los usuarios no necesitan un dios superinteligente en una caja. Necesitamos un asistente que no alucine (que no mienta), que sea rápido y que entienda qué queremos cuando escribimos una instrucción semianalfabeta. Altman lo sabe. Su "Código Rojo" no se trata solo de inteligencia, sino de experiencia. Quiere mayor personalización, velocidad y fiabilidad. Están posponiendo los proyectos publicitarios (¡menos mal!) y se están centrando en hacer de ChatGPT el mejor compañero.
Google tiene distribución (Búsqueda, Android), lo cual es como tener una gasolinera en cada esquina. OpenAI tiene "mindshare". ChatGPT es un verbo. "Dáselo a ChatGPT", decimos. Nadie dice "Dáselo a Gemini", excepto quizás esa gente rara que usa Google Glass.
En resumen: Google es realmente mejor en este momento
Nos encontramos en una época fascinante. Google finalmente ha aprovechado años de inversión en sus propios chips, demostrando su poderío con el Gemini 3, que actualmente es el rey indiscutible sobre el papel. OpenAI está a la defensiva, lo cual es inusual para ellos, pero la mejor noticia posible para nosotros.
Cuando los gigantes luchan, nosotros, los usuarios, ganamos. Obtendremos modelos más rápidos, inteligentes y (con suerte) más económicos. Ya veremos si la ingeniería básica de Google o la magia innovadora de OpenAI con Project Garlic triunfarán en diciembre. Hasta entonces, recuerden: no se trata de quién tiene el auto más rápido, sino de quién se divierte más. Y ahora mismo, este viaje es divertidísimo.




