KTM, que alguna vez fue sinónimo de velocidad y robustez, se encontró en la mayor crisis de su existencia. Las pérdidas financieras, los problemas de mercado y el futuro cuestionable de la movilidad eléctrica amenazan con que la leyenda naranja se convierta en polvo en el panorama motociclista europeo.
Stefan Pierer, el primer hombre de KTM, tuvo que hacer algo que hubiera sido difícil de imaginar hace un año: declararse en quiebra. Estamos hablando de una empresa que obtuvo 105 millones de libras esterlinas (unos 122 millones de euros) en beneficios en 2022, pero sufrió una pérdida vertiginosa de 150 millones de libras esterlinas (174 millones de euros) en 2023. ¿La razón? Una fuerte caída de las ventas, especialmente en Estados Unidos y Europa, dos mercados clave.
No es la primera vez que KTM se enfrenta a una crisis. En los años 90, la empresa estuvo al borde del colapso, hasta que fue Pierer quien la salvó. Hoy en día, más de 6.000 empleados de KTM producen casi 400.000 motocicletas y vehículos al año. La empresa se ha convertido en sinónimo de audacia, innovación y calidad, valorada por los aficionados al motociclismo de todo el mundo. Sin embargo, esta vez la situación es diferente. El mundo ha cambiado, la industria de las motocicletas se está desarrollando en una dirección que hasta ahora no había sido cercana a KTM: la movilidad eléctrica.
Stefan Pierer, que salvó a KTM de la insolvencia en 1992, se enfrenta una vez más a una tarea difícil. Esta vez optó por el proceso de reestructuración europeo, que permite a la empresa hasta febrero de 2025 preparar un plan integral de estabilización. Hay tres grandes paquetes de préstamos en juego, por un total de 208 millones de libras (aproximadamente 241 millones de euros), que deberían dar a la empresa un nuevo comienzo.
El foco principal estará en optimizar los procesos de producción, reducir costos y centrarse en nuevos mercados. Una parte importante de la estrategia también incluye la cooperación con la empresa india Bajaj Auto, que ya tiene una participación del 48% en KTM. La sinergia con Bajaj podría proporcionar precios más competitivos y acceso a mercados asiáticos de rápido crecimiento.
Uno de los elementos clave para la supervivencia de KTM es la conversión a la movilidad eléctrica. Aunque KTM se ha mostrado durante mucho tiempo escéptica respecto de las motocicletas eléctricas, este segmento podría convertirse en un salvavidas. Las motos eléctricas, que combinan la tradición de KTM con tecnología innovadora, forman parte de un plan a largo plazo para que la empresa mantenga su competitividad.
Conocida por su éxito en Moto GP y modelos como Duke, RC y Adventure, KTM es más que una simple empresa. Es un símbolo de innovación y tradición industrial europea. Su futuro dependerá de su capacidad para adaptarse a las condiciones cambiantes del mercado y mantener el núcleo de su marca.
Para todos los entusiastas de las motocicletas, el momento clave llegará en febrero de 2025, cuando quedará claro si KTM continuará escribiendo una historia de éxito o se convertirá en un recordatorio más de la fragilidad incluso de los actores más importantes de la industria. Y sus 6.000 empleados e innumerables seguidores fieles creen que la empresa todavía es capaz de crear motores que emocionen.
La lucha de KTM por la supervivencia es un recordatorio de lo rápido que pueden cambiar las cosas en el mundo del automóvil y las motocicletas. Del éxito global al borde del colapso: el futuro de KTM dependerá de la innovación, la adaptabilidad y la confianza en la visión de Stevan Pierer. Si lo logra, KTM demostrará que incluso en los tiempos más oscuros hay un camino para volver a la cima. ¡Crucemos los dedos por la leyenda naranja!