Mansory ha dotado al BMW M5 G90 de fibra de carbono desde el techo hasta los umbrales, llantas forjadas de 22″, un escape deportivo y un brutal “remap” para un total de 838 CV (625 kW) y 1.150 Nm de par, dándole finalmente un pulso de carbono a los números de serie.
Imagina conducir en una mañana de niebla con una máquina que grita "¡Mírame!" desde todos los ángulos, pero susurra: "No soy para la gente común". Este es el Mansory BMW M5 G90: un Batimóvil deslumbrante revestido de fibra de carbono con una explosión de potencia que convertirá cualquier semáforo en una pista de carreras.
Mansory BMW M5 G90: una cubierta de carbono con todas las solapas
Mansory ha tratado cada chapa del M5 G90 con piezas de carbono ligeras pero resistentes, desde los faldones laterales y el alerón del techo hasta las carcasas de los retrovisores y los eficaces canards. La enorme cubierta del motor de carbono, junto con el alerón delantero y el difusor trasero, demuestra que esto es más que una simple mejora sutil: es un auténtico éxtasis de carbono que literalmente te saca de las sombras.
El secreto bajo el capó
El sistema de propulsión híbrido enchufable estándar del S68 combina un V8 biturbo de 4,4 litros y un motor eléctrico, que genera 717 CV (527 kW) y 1.000 Nm (738 lb-ft) de par de fábrica. Mansory ha transformado este conjunto en una auténtica superberlina, que ahora desarrolla... 838 caballos (625 kW) y 1.150 Nm (848 lb-ft) – esto supone unos 121 "caballos" adicionales y 150 Nm más de par motor que el punto de partida. BMW M5 G90 ¡No es un juguete, es una máquina seria!
De semáforo en semáforo
El M5 G90 de producción acelera de 0 a 100 km/h en aproximadamente 3,4 segundos (0–62 mph en 3,1 segundos en algunas pruebas) y alcanza una velocidad limitada electrónicamente de 250 km/h (155 mph), y con el paquete M-Drivers puede saltar a 305 km/h (189 mph). Aunque Mansory no ha revelado los tiempos oficiales del Mansory BMW M5 G90 tras la actualización, cada caballo de potencia y Newton-metros adicionales harán que cada centésima sea aún más vibrante con el sonido del triple escape.
Llantas que marcan el ritmo
Para controlar el peso en vacío, Mansory opta rápidamente por rines forjados de 22 pulgadas en negro, mientras que las pinzas de freno de cobre crean un contraste perfecto para una obra maestra artística. Estos elementos ligeros garantizan que cada cambio de dirección responda con entusiasmo a la presión en el volante y aportan una sensación de agilidad que no se esperaría de un supersedán de cuatro puertas.
Rave de carbono de cabina
El interior está rematado con detalles de fibra de carbono: umbrales de las puertas, cubiertas de pedales y biseles de indicadores, cinturones de seguridad exclusivos y alfombrillas con el logotipo de Mansory. Cada costura se puede personalizar para que combine con la paleta de colores exterior, lo que significa que cada vehículo es verdaderamente único, casi tan único como el (desa)gusto por este estilo brutal.
Prueba viviente de la megalomanía
Mansory, un veterano preparador alemán (fundado en 1989), siempre se ha caracterizado por traspasar los límites de lo "extravagante". Desde Lamborghinis y Bentleys hasta Range Rovers, sus diseños son sinónimo de polarización: quienes los aman nunca han sido igualados por quienes los detestan. Y es esta estética implacable la que atrae la atención más rápido que cualquier insignia M de producción.
Conclusión: Cuando la elegancia y la obsesión se entrelazan
El BMW M5 G90 de Mansory es una manifestación de la transgresión de las normas automovilísticas: blindaje de fibra de carbono, mayor potencia y llantas que capturan cada reflejo cobrizo. Pero tras su espectacular apariencia se esconde una pregunta más profunda: ¿acaso tal éxtasis proporciona realmente un mayor placer de conducción o simplemente la emoción de un viaje de ego?
Para los amantes de las cifras, 121 caballos adicionales y 150 Nm de par son más que suficientes para convertir cada salida en una carrera con tus propias ideas. Pero no se trata solo de cifras. El moderno M5 G90 ya es una máquina extremadamente capaz que impresiona por su precisa entrega de potencia y su porte equilibrado. Pero Mansory ha apostado por el espectáculo: por ese momento en el que las ardientes líneas de detalles de carbono se dibujan en la ligera niebla de una curva y el triple escape resuena como un dios de la velocidad.
En este circo de fibra de carbono, cada atracción se convierte en un espectáculo: el semáforo ya no es solo una señal verde o roja, sino un desafío para demostrar lo que se acaba de pagar. Y aunque el precio es de oferta (y extraoficialmente se rumorea que empieza en torno a...) 50.000 € para el paquete, sin contar el costo básico del automóvil (que comienza en alrededor de £ 111,405, o aproximadamente 130.000 €) cada euro nos devuelve una vista, un respiro y aproximadamente una décima de segundo en un sprint que de otra manera nos habríamos perdido.
Si alguna vez has echado de menos la sensación de tu coche gritando "¡Aquí estoy!", el M5 G90 de Mansory ofrece un deleite para todos los sentidos. Por otro lado, siempre está la discreta elegancia del M5 de producción, que te conducirá con la misma precisión, pero sin los restos de fibra de carbono. Y ahí está la clave: Mansory entiende que en un mundo donde vemos cientos de M5 al día, sobrevivir significa gritar más fuerte que los demás.
Entonces, ¿tomarías una bestia de carbono por las curvas o te conformarías con la ya excepcional, pero culturalmente sobria, M5? La respuesta es una: para quienes no quieran ser parte de la multitud, esto es exceso con un toque de elegancia: un circo de carbono Mansory donde la estética y la potencia se alían en su propio espectáculo.