Deja de huir de tus sentimientos. Deja de actuar como si tu corazón estuviera hecho de hielo. Deja de actuar como si no te importara nadie más que tú mismo.
Deja de actuar como si fueras más feliz por tu cuenta. Deja de actuar como si fueras demasiado independiente para estar en una relación. Deja de actuar como si tu pareja te estuviera ralentizando. Deja de fingir que no quieres que alguien se acerque demasiado a ti, porque en el fondo quieres a alguien que te comprenda, que te apoye.
Deja de huir de tu yo más auténtico
Deja de asumir que tienes que actuar como alguien que no eres para parecer lo suficientemente misterioso, divertido y atractivo. Se quien eres, eso es mejor que cualquier máscara que te pongas. Esa máscara con la que has estado caminando solo te conducirá a falsos amores. Solo atraerá a las personas equivocadas. Muéstrales tu verdadero yo, tus fortalezas y debilidades.
Deja de huir del pasado
Deja de actuar como si no tuvieras equipaje. Deja de fingir que las rupturas pasadas no te han hecho daño. Permítete sentir el dolor, la ira y la tristeza. Permítete procesar lo que fue y aprender de ello.
Dígase a sí mismo que sí, ha sido lastimado en el pasado, pero eso no significa que volverá a suceder en el futuro. Enfréntate a tus demonios antes de que se conviertan en una parte permanente de ti. No dejes que se queden demasiado tiempo.
Deja de huir de lo que podría ser
Deja de ignorar los mensajes de la persona en la que no puedes dejar de pensar porque tienes miedo de que te haga daño. No pones excusas para las peleas porque prefieres alejar a la persona correcta que darle a la persona equivocada la oportunidad de lastimar tu corazón. Deja de asumir que te estás protegiendo si actúas indeciso.
Deja de huir del amor y ve al amor.
Date una oportunidad. Tomar el riesgo. No bajes tus estándares. No te fuerces a tener una relación. Pero cuando conoces a alguien en quien no puedes dejar de pensar, ve a conocerlo para variar. Muestra tus emociones, no las guardes dentro.