"El amor es como una sombra, si corres tras él, te elude, si huyes de él, corre detrás de ti". – sabiduría georgiana
Puedes amarlos y amarlos infinitamente, harías cualquier cosa por ellos, pero aun así no puedes obligarlos a que te amen.
Esta es la parte más difícil del amor. Puedes elegir a quién amar, pero no puedes elegir quién te amará, quién te amará de vuelta. No hay palabras mágicas que curen tu corazón roto. No existe una varita mágica que haga desaparecer el amor y el dolor al instante.
No puedes decirle a alguien que te ame. no funciona El amor no es una llave. No funciona por comando. No eres responsable de los sentimientos y emociones de los demás. Solo para los tuyos. Puedes amar, pero no está garantizado que esta persona corresponda a tus sentimientos. No puedes decirle que tiene que amarte, que sienta lo que sientes.
A veces vas de cabeza a través de una pared y no quieres admitirlo, te hace sentir que tus emociones dolorosas y confusas quieren destruirte. ¡Para! Tienes que aceptar el hecho de que solo tienes influencia sobre ti mismo, sobre tus emociones.
¿Que estas esperando? ¿Esperarás a alguien que no está seguro de lo que siente por ti? ¿De verdad quieres esperar hasta que tal vez algún día se enamoren de ti? ¿Quieres pasar todo tu tiempo esperando convencerlos de que te amen? ¿Es tu amor tan ciego que te has olvidado de amarte a ti mismo?
Para. Para de desear. Deja de esperar. Deja de soñar. Deja de sentarte y esperar. Eres mejor que eso. Eres demasiado bueno para ellos. No mereces medio amor. No te mereces la incertidumbre.
Recuerda, cuando alguien te ame, lo sabrás, lo sentirás. No será amor a medias. Este no será un amor que va y viene. No tendrás que probar nada. Cuando alguien te ama, no tendrás que cambiar, puedes ser quien eres.
Cuando te amen, sentirás y sentirás. No esperes a que alguien se enamore de ti algún día. Si están interesados, te lo mostrarán ahora; de lo contrario, no valen la pena.
"La vida nos ha enseñado que el amor no es mirarse el uno al otro, sino mirar en la misma dirección". - Antoine de Saint-Exupéry