¡Nunca, nunca te disculpes con los demás porque eres el único que importa! ¿Por qué?
Porque eres fuerte. No conocen la profundidad de tu poder. No saben que nadaste a través de los océanos para lograr lo que tienes y quién eres. Tienes todos los motivos para estar orgulloso de ti mismo.
Eres diferente de cómo te ven los demás. No eres alguien que se adapta y nunca lo harás. Intentan ponerte en una caja porque no conocen otra forma de manejar tu fuego.
Persigues tus sueños, si eres lo suficientemente fuerte como para perseguirlos solo, entonces tu pareja también puede hacerlo. Nunca te conformes con alguien que te subestime y quiera destruir tus sueños.
Porque alimentas tu amor por ti mismo. No, no eres arrogante. No, no eres egoísta. Te mereces todo el amor del mundo. Quién te amará más que a ti mismo. Nadie más sabe los problemas a los que te enfrentas. Date todo el amor que te mereces.
Porque a veces tienes que decirte a ti mismo que eres más que suficiente. Nunca te avergüences de tus momentos más débiles. El que te amará estará contigo en los malos y en los mejores momentos.
Porque a veces no estás seguro de ti mismo. Todos perdemos el equilibrio alguna vez. Está bien no tener confianza todo el tiempo. ¡Te mereces todo el amor del mundo!
¡Nunca te disculpes por ser quien eres!
A veces te sientes solo porque la persona de la que más esperabas no te apoya, pero aunque todo el mundo esté en tu contra, mantén la calma.
Porque una mujer fuerte pasa por el infierno y vuelve y sigue en pie. Ella sonríe, ríe, ama y es fuerte.
Nunca te disculpes por ser quien eres. ¡Eres un guerrero!
Has pasado por tormentas y huracanes, no naciste fuerte, ni te levantaste un día y decidiste ser quien eres.
¡Sabes lo que quieres en la vida y la única persona que estás tratando de ser mejor que la mujer que eras ayer!