Es interesante pensar en cómo las personas que una vez significaron todo para nosotros, de repente se convierten en nada. Cómo aprendemos a olvidar. Cómo nos obligamos a olvidar. Y cómo el tiempo pone a otras personas en nuestra vida. ¿Es realmente tan simple eliminar de tu vida a la persona que una vez significó todo para ti?
¿Cómo pueden volver a ser extraños? Un extraño, como si nunca se hubieran conocido. ¿Es realmente tan simple convertir a la persona que amabas en un extraño? ¿Una persona que conocía tu vida cotidiana, tus errores, tu vulnerabilidad, tu desnudez?
Te quedas con los recuerdos. Siempre habrá esos momentos juntos. Los recuerdos que quedaron impresos en los lugares que visitaron juntos y las cosas que dijeron, todo eso queda.
¿Alguna vez olvidas realmente todos los primeros momentos juntos, la intimidad? ¿Tus aniversarios vuelven a ser días normales del año? ¿A las cosas que has hecho y las promesas que has hecho? ¿Los estás ignorando porque simplemente no hay otra opción?
Tu mente te dice que sigas viviendo sin ellos y obliga a tu corazón a seguir su ejemplo. ¿Es realmente tan fácil?
Creo que cuando amas a alguien, o lo amas para siempre o nunca lo amas en absoluto.
Eso sí, una ruptura crea heridas que os dejáis, a veces profundas, y temes el riesgo de volver a caer en ellas.
No quiero creer que los momentos compartidos simplemente se borran. Presionas la tecla de borrar y sigues viviendo como si ayer no quisieras a alguien, pero hoy ya no existe.
Cada uno es el centro de su propio universo. Si chocas con otro, puede destruirte, cambiarte, moverte. A veces os unís como uno solo, otras veces os rompís en miles de pedazos.
¿Tu universo volverá a incluir a la persona que hizo una grieta en tu corazón? Nadie lo sabe. ¿Alguien encajará en el perfil de la persona que amabas? No sé.
Encuentras almas hechas del mismo material que las tuyas. Encuentras socios, amigos y sientes que nunca podrían estar separados. Estás esperando que otro universo choque con el tuyo para cambiar lo que tú mismo no puedes hacer.
Solo después de la tormenta te das cuenta que solo siempre se calma y que ves las estrellas de otra manera. Nadie sabe qué restos pueden crear tu dolor y cuáles se convertirán en amor.
Todos comenzamos como extraños y, si es posible, no nos convertimos en extraños.