La ira y el estrés que conlleva son malos para la salud. ¿Sabes lo que sucede en tu cuerpo cuando estás enojado y cómo prevenirlo y encontrar la paz interior?
Lamentablemente, en los tiempos modernos, la ira se ha convertido en parte de la vida cotidiana. Permitimos que nos abrume en el tráfico, en la oficina, en la tienda e incluso en casa.
psiquiatra dr. Judith Orloff revela que la ira suele ser muy intensa, porque entonces la amígdala estimula la adrenalina. Entonces, cuando estás enojado, la adrenalina te impulsa a luchar. Tu corazón late más rápido, respiras con dificultad, tus pupilas se dilatan, sudas. En este estado de hiperadrenalización, la agresión aumenta y el riesgo de conflicto es mayor. La ira es el impulso más difícil de controlar como defensa contra el peligro.
Cuando la ira se vuelve crónica, el cortisol, la hormona del estrés, contribuye a su combustión lenta. Permanecer en este estado te pone nervioso. La investigación ha demostrado que la ira se alimenta de sí misma. Cuando la ira se instala dentro de ti, puedes reprimirla, pero un día definitivamente "explotarás".
Por ejemplo, incluso las madres más devotas y amorosas pueden gritarles a sus hijos si no han aprendido a lidiar con la irritación y la ira de la manera correcta. La lección que enseña la biología es que el ciclo de hostilidad debe terminar pronto y que insistir en el pasado es peligroso para su bienestar.
Para una salud óptima, debe lidiar con su ira. Es necesario desarrollar estrategias para expresar la ira. De lo contrario, existe un mayor riesgo de enfermedades como migrañas, síndrome del intestino irritable o enfermedades crónicas, que pueden verse especialmente agravadas por la tensión. Además, la ira constante puede elevar la presión arterial y estrechar los vasos sanguíneos, poniendo en riesgo el corazón.
Un estudio de Johns Hopkins sugiere que los hombres jóvenes que reaccionan al estrés con ira tienen un mayor riesgo de ataques cardíacos tempranos, incluso sin antecedentes familiares de enfermedades cardíacas. Sin embargo, reprimir la ira tampoco es una solución. Las investigaciones revelan que aquellos que permanecen en silencio durante las disputas maritales tienen más probabilidades de sufrir enfermedades cardíacas o enfermedades relacionadas con el estrés.
¿Cómo controlar la ira?
1. Cuando esté molesto, deténgase y cuente lentamente hasta diez
Para mitigar la descarga de adrenalina de la ira, aprenda a no reaccionar impulsivamente. Tome algunas respiraciones profundas y cuente lenta y silenciosamente hasta diez (o cincuenta si es necesario). Esto te calmará y reducirá tu ira, al mismo tiempo que evitará que digas o hagas algo imprudente.
2. Soledad
Cuando estás lidiando con la ira, lo mejor es estar solo, tomar un descanso de todo, calmarse tanto como sea necesario para encontrar la paz. Escuche música relajante, baje las luces, medite. Haz algo de ejercicio aeróbico o yoga para deshacerte de tu ira.
3. No reacciones inmediatamente
Asegúrate de tener suficiente tiempo para descubrir qué te hizo enojar. Tómese su tiempo y resuelva el conflicto sin prisas y encuentre las soluciones adecuadas.
4. No intentes actuar sobre tu ira cuando estés cansado o a la hora de acostarte.
Si permite que una ola de ira lo invada antes de acostarse, su adrenalina aumentará, aumentando el riesgo de insomnio, lo que puede afectar negativamente su salud física y mental.