Justo cuando crees que lo has visto todo, Rolls-Royce presenta una nueva versión del Rolls-Royce Cullinan que supera todas las expectativas y reglas del buen gusto. Prepárese para un viaje que dividirá la opinión.
Por un año Rolls-Royce 2025 trae no sólo un viento fresco, sino una verdadera tormenta en forma de viento renovado Rolls-Royce Cullinan. Este lujoso SUV, que a primera vista parece más bien un vehículo militar de las Guerras Galácticas, ha recibido críticas y elogios a partes iguales. Parece como si los diseñadores de BMW hubieran estado hojeando los catálogos de coches futuristas franceses en busca de inspiración, olvidando la estética que tradicionalmente cultiva Rolls-Royce.
Mirando la fascia delantera, parece como si las luces LED estuvieran distribuidas aleatoriamente por la parte frontal de este automóvil. Todo esto recuerda a la estructura de los rascacielos metropolitanos, que Cullinan también podría querer imitar con su máscara luminosa. Sin embargo, todas estas "innovaciones" no contribuyen a una mejor apariencia, sino que, si somos sinceros, sólo la muestran aún más en toda su polémica.
A pesar de todo esto, el Cullinan se mantiene fiel a su bestia V12 de 6,75 litros bajo el capó, capaz de generar unos impresionantes 600 CV (447 kW), y un tiempo de 0 a 100 km/h de menos de 5 segundos garantiza que su viaje será todo menos aburrido. Pero parece que los días de este doce cilindros están contados, ya que Rolls-Royce anuncia la transición a un propulsor puramente eléctrico para 2030.
El interior sigue siendo un lujoso refugio del mundo exterior, dominado por inserciones de carbono pulidas a mano y cuero que requiere más de dos millones de puntadas. Sentarse en el Cullinan es sentarse en el abrazo del lujo, aunque es difícil pasar por alto que ciertos elementos recuerdan a modelos menos prestigiosos como el bmw x7.
Rolls Royce Siempre se ha enorgullecido de su singularidad y prestigio, pero la última versión del Cullinan muestra que incluso en el mundo de los vehículos de lujo, existe una delgada línea entre la innovación y la exageración. Esto es especialmente cierto cuando intenta acercar demasiado su producto a diseños que pueden ser innovadores pero no necesariamente hermosos. Dicen que la belleza está en los ojos de quien la mira, y en este caso, cada espectador tendrá que juzgar por sí mismo si los cambios son para bien o para mal.