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Se dice que 7 aceitunas al día "prolongan" la vida, dice un experto, y prosperan en casi todos los jardines del Mediterráneo.

Humilde, oscuro, a menudo pasado por alto, pero lleno de poder. Una aceituna negra es como una vieja bodega: nada destacable por fuera, pero un tesoro por dentro.

Fotografía: Jan Macarol / Ai art

En un momento en el que la espirulina, el matcha y las semillas que Google aún necesita explicar nos miran fijamente desde los estantes, un superalimento más "local" está floreciendo silenciosamente en el fondo: la aceituna negra. Pequeño, pero poderoso. Y, sorprendentemente, no se importa de Hawái o Perú, sino que prospera prácticamente en los países vecinos: en Dalmacia, Istria y otros lugares.

Si alguna vez ha considerado las aceitunas solo como un agregado salado a su plato, es hora de actualizar su perspectiva. La nutricionista Jaraset del Castillo, del Instituto Madrileño para Retrasar el Envejecimiento (¡sí, existe!), afirma que las aceitunas negras son un tesoro nutricional. Contienen ácido oleico (esa grasa “buena” para el corazón), vitamina E, fibra y hierro. Pero el verdadero tesoro son los compuestos fenólicos como la oleuropeína y el hidroxitirosol, combatientes naturales contra la inflamación y el envejecimiento celular.

Cuando las hormonas se despiertan: las aceitunas al rescate

Debido a su impacto sobre el estrés oxidativo y el equilibrio hormonal, las aceitunas negras son especialmente beneficiosas para las mujeres que enfrentan los desafíos de la perimenopausia o la menopausia. Simplificado: menos sofocos, menos nerviosismo, más paz interior… y todo ello sin pastillas, solo con una dosis regular de placer mediterráneo. Moda Por supuesto que está de acuerdo con todo esto, porque ¿por qué no?

¿Cuánto es suficiente? Menos de lo que piensas

Según la asociación española Interaceituna (no, no se trata de una nave espacial sofisticada), siete aceitunas negras al día, unos 25 gramos, son suficientes. Se trata de una cantidad que aporta todos los antioxidantes clave y las grasas beneficiosas, comparable a una cucharada de aceite de oliva, pero con más fibra y mucho más carácter.


Fotografía: Jan Macarol / Ai Art

¿Por qué las aceitunas deberían (y deberían) convertirse en un alimento básico diario?

  • En la lucha contra la anemia: Las aceitunas negras contienen mucho hierro, mucho más que las verdes. La elección correcta para todos aquellos que se quedan sin energía por la mañana sólo al cepillarse los dientes.
  • Protección celular: Los antioxidantes hidroxitirosol y vitamina E previenen el daño celular. Así que, joven por dentro, aunque por fuera sea un poco “otoñal”.
  • Modelado corporal sin sacrificios: Una investigación de la Universidad de Granada (2024) demostró que un compuesto de la aceituna, el ácido β-resorcílico, ayuda a reducir la grasa corporal sin perder masa muscular. Fitness en forma de snack, prácticamente.
  • Reducir el riesgo de cáncer: Los compuestos de la piel de aceituna reducen la probabilidad de desarrollar pólipos intestinales y, por tanto, el riesgo de cáncer colorrectal.
  • Regulación del colesterol: El ácido oleico ayuda a mantener niveles saludables de colesterol, sin necesidad de dietas estrictas ni gurús de la nutrición.
  • Propiedades probióticas (si se fermenta): Las aceitunas fermentadas naturalmente contienen bacterias beneficiosas que promueven una microflora intestinal saludable y fortalecen el sistema inmunológico. (Los que vienen en la tienda y están pasteurizados, por desgracia, muchas veces no lo están.)

Hecho en casa como el prosciutto en la mesa de Pascua.

En Eslovenia nos encanta un buen plato y en Istria y Dalmacia las aceitunas forman parte de la vida cotidiana desde hace siglos. No como una moda, sino como una tradición. Allí las aceitunas se cultivan a mano, no con métodos industriales. Plantaciones orgánicas, recolección manual, secado al sol: todo esto le da a las aceitunas negras su sabor distintivo y su poder nutricional.


¿A qué prestar atención al elegir?

Para aprovechar todos los beneficios, elija fermentado naturalmente, sin pasteurizar y mínimamente procesado aceitunas. Es mejor evitar aquellos que han sido tratados térmicamente o enriquecidos con conservantes. Casero, orgánico y hecho a mano: este es el camino correcto hacia el sabor y la salud.


Finalmente: las aceitunas no son sólo un alimento: son una filosofía.

Las aceitunas negras son modestas pero poderosas. Son la prueba de que a veces los mayores beneficios se esconden en los bocados más pequeños. Y si aún no te has enamorado de ellos, ahora es el momento. Tu cuerpo (y tus papilas gustativas) te lo agradecerán.

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