¿Le dijiste que la amas? ¿Le has dicho que la extrañas cuando no está cerca?
No te sorprendas porque ya no serás la persona a la que llama cuando le pasa algo malo o perfecto. Le enseñaste que nunca estarás ahí para ella cuando te necesite. Le enseñaste a confiar en otra persona.
No la escuchas. No puedes recordar todas las pequeñas cosas que te dijo. Nunca le preguntaste sobre sus sentimientos, cómo se siente. ¿Él te necesita?
No se sorprenda cuando descubra que comienza a planificar los momentos en los que no está presente. Ya no estás en sus planes porque le dijiste "no" demasiadas veces. Le enseñaste a planear su futuro sin ti porque le hiciste saber que preferirías estar solo que con ella. No querías ver la vida, el amor, a través de sus ojos.
No te sorprendas al descubrir que ya no te extraña cuando no estás con ella. Le enseñaste a no extrañarte. La hiciste sentir como si nunca la extrañaras. Ella nunca sintió que su ausencia te afectara. Nunca le dijiste que la extrañabas. Nunca le dijiste que la amabas.
No te sorprendas cuando empiece a ignorarte., como la ignoraste a lo largo de tu relación. Ignorará tus mensajes y llamadas. Ella era aquella cuyo horario siempre se ajustaba a tus necesidades. Nunca llegaste a conocer sus necesidades. Ella fue la que siempre luchó por ti y tu relación. Hasta que finalmente se dio cuenta de que se estaba entregando a alguien que no se preocupaba por ella.
No te sorprendas al verlo partir. Poco a poco empezó a recordar quién era antes de conocerte. Lo que se merece. Abrió los ojos y se dio cuenta de que la estabas dando por sentada. Se dio cuenta de que se merecía a alguien que nunca la hiciera sentir invisible.
No se sorprenda cuando su pasión se convierta en hielo. No te sorprendas cuando sus dulces palabras se vuelvan amargas. Y cuando ella te mire, no verás nada en sus ojos. Ella verá a través de ti, le enseñaste cómo dejar de amarte.
No te sorprendas cuando se vaya porque nunca le diste una razón para quedarse.