Aunque las ventas de vehículos eléctricos son actualmente bajas, Volvo está decidido: el futuro es sin gasolina. Para 2035, se espera que todos los vehículos nuevos sean eléctricos. ¿O no?
Cuando Håkan Samuelsson, director ejecutivo de Volvo, afirma que el futuro es eléctrico y que "no hay vuelta atrás", no significa que haya vendido su último cortacésped de gasolina. Pero si le preguntas, el motor de combustión interna ya está hundido hasta los codos.
Pero primero, retrocedamos un poco. Los suecos anunciaron con valentía en 2019 que adoptarían vehículos totalmente eléctricos para 2030. Pero resultó que el mercado no iba precisamente en esa dirección. Por eso, los anuncios de este año son un poco más... diplomáticos. Ahora aspiran a que entre el 90 % y el 100 % de sus ventas sean vehículos electrificados (es decir, coches eléctricos e híbridos enchufables) para finales de la década. Sí, los compromisos son la nueva realidad.
Coches eléctricos: ¿un futuro que llega tarde?
Volvo abandonó los motores diésel hace un año y medio, y ahora anuncia la desaparición de los motores de gasolina. Samuelsson declaró a Bloomberg (si tiene suscripción, claro):
La industria será eléctrica; no hay vuelta atrás. Puede que sea más lento en algunas regiones, pero la dirección es clara.
Según él, dentro de una década todos los coches nuevos serán eléctricos. y Más barato. ¿Ambicioso? Sin duda. ¿Realista? Mmm...
Analicemos los datos: En los primeros ocho meses de este año, Volvo vendió 90.326 vehículos totalmente eléctricos, 24 menos que el año pasado. ¿Híbridos enchufables? También un descenso del 1 %. ¿Ventas totales? Un descenso del 10 %. Si el futuro eléctrico fuera una fiesta, nadie asistiría ahora mismo.
Samuelsson se mantiene optimista. Y obstinado.
A pesar de las malas cifras, Samuelsson cree en un cambio de rumbo. Según él, la solución reside en los nuevos híbridos enchufables, que describe como "coches eléctricos con motor de repuesto". No está del todo claro si se refiere a modelos de mayor autonomía como el nuevo XC70 o a vehículos con generadores de combustibles fósiles. Puede que él mismo esté un poco confundido, pero la visión no se le escapa.
¿Quién sobrevivirá y quién no (eléctricamente)?
La obstinación de Volvo en el sector eléctrico podría ser un gran problema para los gigantes automotrices más tranquilos. Samuelsson predice una grave conmoción en la industria:
"Algunas empresas se adaptarán y sobrevivirán, otras no".
Para 2035, ve dos o tres marcas chinas muy fuertes en la cima, mientras que algunos gigantes europeos estarán "presentando sus papeles".
Y, de hecho, algunos no ven el futuro tan prometedor. BMW, por ejemplo, no quiere simplemente despedirse del motor de combustión interna, y Mercedes incluso advierte que prohibir la venta de vehículos con motor de combustión interna en la UE significaría... "colapso de la industria." Audi y Porsche también se muestran cautelosos, creyendo que una transición total a los vehículos eléctricos sería demasiado rápida y presuntuosa.
Mientras tanto, Polestar… está disparando ráfagas.
Polestar, la marca hermana de Volvo, aprovechó la oportunidad para mostrar su talento publicitario en la feria IAA Mobility de Múnich este año. Exhibieron declaraciones de marcas rivales que ya han abandonado sus propias promesas eléctricas. Un golpe directo al ego de la competencia. Tanto Volvo como Polestar quieren que la UE se mantenga firme en su plan de prohibir la venta de vehículos de combustión interna después de 2035. Mientras tanto, muchas marcas presionan para lograr una legislación más flexible. ¿Qué prevalecerá: el compromiso político o el idealismo eléctrico?
El viernes, se espera que representantes de la industria automotriz se reúnan con la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen. El director de Mercedes, Ola Källenius, también estará presente, y reiterará que la prohibición es "Simplemente inviable."
¿Y qué pasa con nosotros, los conductores?
Para el conductor promedio, el futuro eléctrico sigue siendo una mezcla de emoción, preocupación y, siendo sinceros, la dificultad de encontrar un enchufe. La infraestructura de carga en Europa (y Eslovenia) sigue siendo un caos, los precios de los vehículos eléctricos son inasequibles para la mayoría y las baterías aún no son del todo inmortales.
Pero alguien tiene que creer en el cambio, y aunque las cifras de Volvo están actualmente en números rojos, los suecos al menos se atreven a soñar. En una época en la que muchos gigantes de la automoción rechazan los coches eléctricos como si fueran un gato al viento, Volvo es el único optimista que afirma:
No hay problema. Solo ten un poco más de paciencia; en 10 años todo estará mejor. Y más tranquilo.
¿Qué opinas? ¿Es el futuro eléctrico la solución o una (costosa) ilusión? Puedes compartir tu opinión en los comentarios: sin cables ni filtros.