Si has estado en una relación a largo plazo, sabes que es imposible no tener nunca una discusión, sin importar cuánto intentaste evitarlo, fallaste y no importa cuánto fingiste no estar enojado.
Las discusiones y los conflictos son una forma de poner a prueba los límites, de comprender lo que es importante para ti, de sentir dolor y arrepentimiento por haber lastimado a la otra persona, de hacer cosas desagradables que podrían envenenar tu relación si se ocultan.
Discutir con tu pareja es un acto íntimo. Aprenda a discutir correctamente y profundice su asociación con ellos.
Respeta el "estilo argumentativo" de tu pareja
Tal vez la otra persona reaccione de inmediato y levante la voz y no tolere las cosas que presionan sus "interruptores". Grita, se calla, arroja energía negativa, luego se recupera y tal vez se disculpa. Las personas temperamentales que tienen un "mecha corta" a menudo se comportan de esta manera. Respeta eso.
No intente gritarle a la persona que está gritando y no le asegure que no hay razón para reaccionar de esa manera. No necesita una razón, solo reacciona de esa manera. No te lo tomes como algo personal, acepta su estilo argumentativo y dinámico y espera el momento adecuado para hablar.
Tu pareja no es tu enemigo, no estás en bandos opuestos. Cuando discuten, atacan el problema, no el uno al otro.
Se honesto
Puedes lastimar a otra persona en cualquier momento porque conoces sus desencadenantes y puntos débiles. En la ira, sin pensar, es fácil lastimar a otra persona. No hagas eso. La esencia de la confianza profunda entre los socios en una relación emocional es la conciencia de que no quieren hacerse daño el uno al otro. Te arrepentirás si lo haces. Y si lo hace, trate de expresar su arrepentimiento de la manera más sincera posible.
Además, sé honesto sobre el hecho de que querías lastimar a un ser querido. Solo esto puede ayudarte a entender por qué lo hiciste, por qué te sentiste tan amenazado, que tenías que ser tan tóxico y qué parte de ti mismo estabas defendiendo infligiendo dolor a tu pareja.
No subestimes el poder de una disculpa
La disculpa debe ser sincera. Es fundamental que el interlocutor vea claramente que lo sientes, que te cuesta, que te sientes mal. ¡No tengas vergüenza de disculparte! Y cuando recibas el perdón, apégate a lo que prometiste y aprende algo de esa experiencia y demuestra después que has aprendido algo. Esté dispuesto a aceptar una disculpa y perdonar.
Muéstrense amor a través de la vida cotidiana.
Sea amigable, relajado, agradable, afectuoso, responsable, presente, mantenga vivo el romance, ofrezca apoyo, ayuda y pregunte qué más puede hacer por su ser querido. Haz pequeños favores y haz concesiones, cuida lo que sabes que es importante para tu ser querido aunque no lo sea para ti. Envíale un mensaje de texto sin motivo, declara y muestra amor y afecto en todas las formas.