Desafortunadamente, no apreciamos la mayoría de las cosas buenas de la vida hasta que las perdemos. No sabemos lo que tenemos y lo damos por hecho hasta que se nos escapa y nos quedamos sin él. Aprende a ser diferente. Aprecia todo lo que te rodea, ahora, este momento.
Recuérdate todos los días por lo que estás agradecido. Cuanto más practiques la gratitud, más razones tendrás para estar agradecido.
Tal vez te despertaste por la mañana sin dormir y, como resultado, tu día está lleno de inconvenientes. No tienes que continuar en este camino durante todo el día. Detener. Recuerda que estás sano, que no tienes dolores y que eso es suficiente para superar un mal día. Pero si algo te duele, puedes tomar un analgésico y sentirte agradecido cuando el dolor desaparezca.
Es fácil.
¿Cuándo fue la última vez que abrazaste a un amigo y le dijiste cuánto significa para ti? Hazlo hoy. Podrías escribirles algunas palabras bonitas, aunque no sea tu forma habitual de comunicarte con ellos.
Mira a tu alrededor
Ves a familiares, colegas, personas que conoces a diario en sus lugares de trabajo; vendedores, oficinistas, carteros, médicos... Cada uno de ellos merece tu sonrisa y amabilidad, a través de la cual les agradecerás por hacer su trabajo a conciencia.
Todos los que están presentes en tu vida, en tu entorno y en tu vida cotidiana pueden partir mañana. Tal vez encuentren un trabajo mejor en otra ciudad, se casen, se vayan al extranjero...
Algunos definitivamente lo harán. Algunos se quedarán y pueden vivir en su vecindario, pero los estilos de vida y las responsabilidades los separarán y estos son cambios normales, esperados y bienvenidos que debe aceptar con gratitud. Aceptas el cambio sin remordimientos. No los experimentes como una pérdida y valora lo que tienes, dándote cuenta de que nada es eterno y garantizado.
Ama a todos en tu vida
La vista desde la ventana. Lluvia y viento. El sol. El mar. El viento. Naturaleza, animales y plantas. Ama a los que amas, a los que nunca conocerás ni te acercarás. Llénate de amor hasta el tope y más allá. Ama la vida, la tuya y la de todos.
Esparce amor a tu alrededor
Felicite a todos. No conoces a la persona con la que te encuentras todo el tiempo porque tiene un cabello hermoso. Una vendedora siempre amable y con ese brillo especial en los ojos. Alguien que pasea al perro todas las mañanas. Felicita a todos los que conozcas por algo que notes y te guste de ellos. No guardes los cumplidos para ocasiones especiales.
Dile a tu pareja que sigue siendo tuya persona favorita en el mundo, que te gusta cuando te mira así. A los padres que son el mejor del mundo y recorre tus recuerdos de infancia y compártelos con ellos. Te sorprenderás cuando te digan que no sabían que te diste cuenta.
Nadie les da a los padres el reconocimiento que se merecen. No hay recompensas por el amor y el cuidado devotos, pero decirles que aprecias algo que han hecho y continúan haciendo por ti es la mayor recompensa posible. Medalla de oro para padres.
Asegúrese de que todas las personas que le importan sepan cuánto significan para usted. Dile a todos los que amas que los amas de vez en cuando. Diles lo que más amas de ellos y cómo han enriquecido tu vida.
Muestra tu atención y respeto a todo y a todos.
Todo el mundo viviente merece tu amor, porque es parte de tu vida, los animales, las plantas...
Cuando miras la vida y la tratas como un milagro, recompensándote con toda la intensidad de sus manifestaciones y la profundidad de la interacción que tienes con todo lo que está fuera de ti, entonces experimentas dentro de ti una pertenencia que no necesita confirmación.