La vida es hermosa, pero también muy impredecible. Con demasiada frecuencia lo damos por sentado. Detener. Mira a tu alrededor y a ti mismo, porque el mañana no está prometido.
Nos olvidamos de parar y oler las flores. Nos olvidamos de escuchar el viento. Nos olvidamos de mirar el hermoso cielo. Nos olvidamos de disfrutar de la compañía de nuestras mascotas. Nos olvidamos de sonreír a los extraños. Nos olvidamos de disfrutar de las cosas simples. Nos olvidamos de celebrar la vida. Olvidémonos de simplemente ser. no nos damos cuenta de eso mañana no está prometido.
Uno de nuestros mayores errores es olvidarnos de los nuestros. para decirles a nuestros seres queridos cuánto significan para nosotros. Piénsalo. ¿Cuándo fue la última vez que se abrió y le dijo a amigos cercanos o familiares lo agradecido que está de tenerlos en su vida?
Si eso fue hace diez minutos, estás bien. Pero si no puede recordar, entonces esta es su llamada de atención.
El mañana no está prometido
Vivimos en una vida muy estresante, caótica y acelerada. Estamos constantemente apurados en alguna parte. No importa cuánto queramos reducir la velocidad, estamos en una carrera constante contra el tiempo. Siempre estamos en movimiento, haciendo miles de cosas.
A veces es difícil tomar un descanso y simplemente respirar. Sin embargo, este no debería ser el caso. No debe convertirse en nuestra carga.
Debemos ser lo suficientemente fuertes para liberarnos de la vida que nos asfixia, y simplemente existimos en el momento presente. Necesitamos liberarnos de la jaula en la que nos hemos metido y comenzar a notar la belleza que nos rodea.
Debemos aprender a disfrutar de las pequeñas cosas. Tenemos que encontrar tiempo para nosotros mismos. Debemos darnos cuenta de que cada minuto perdido en la negatividad nos está costando la vida. Tenemos que empezar a vivir más libremente. Tenemos que empezar a respirar. Tenemos que empezar a tomar decisiones desde el corazón.
Sobre todo, tenemos que empezar amar profundamente. Debemos liberar nuestro corazón de los miedos y sumergirnos en los sentimientos. Debemos sentir el amor en el verdadero sentido de la palabra y experimentarlo en toda su grandeza. Debemos estar dispuestos a dar sin esperar nada a cambio. Debemos estar allí para aquellos que nos aman.
Porque el mañana no está prometido.