La primavera es el momento en que la naturaleza despierta. Por eso es perfecto para pasar tiempo al aire libre y admirar las plantas con flores. En primavera, algunas partes de Eslovenia se transforman en áreas florecientes de cuento de hadas que vale la pena visitar.
Golica
Entre los más famosos se encuentra Golica, que se considera un popular punto de excursión. Sobre todo en primavera, cuando en sus prados crecen hermosos narcisos blancos, que atraen a visitantes de cerca y de lejos. Los narcisos suelen florecer en mayo, si hace calor, a finales de abril. Un hermoso paisaje que no debe perderse. Esto solo requerirá mucho esfuerzo, ya que el tiempo estimado de caminata es de aproximadamente dos horas, dependiendo del punto de partida.
Velika Planina
La hermosa meseta se convierte en una tierra mágica en primavera, ya que sus prados se salpican de un llamativo color púrpura azafrán. Velika Planina ofrece una serie de rutas de senderismo, que suelen ser menos exigentes y, por lo tanto, adecuadas incluso para los miembros más pequeños de la familia. Durante tu visita, conocerás mejor la tradición pastoril y tomarás un refrigerio en una de las cabañas, mientras disfrutas de la vista de los prados morados.
valle vipava
No es raro que la belleza del Valle de Vipava también haya sido notada por la editorial Lonely Planet, que lo clasificó entre los diez principales destinos europeos que vale la pena visitar en su vida. Vale la pena visitar el valle en todas las estaciones, pero es especialmente mágico en primavera, cuando los cerezos están en flor. Pequeñas flores en suaves tonos rosas salpican las colinas, sobre las cuales florecen pintorescos pueblos de piedra.
Goriška Brda
Incluso las colinas de Goriška brda, famosas por sus cerezas dulces en junio, son una fiesta para los ojos en primavera. Los huertos de cerezos, melocotoneros y albaricoqueros se convierten en un mar rosado de flores que atrae insectos y un agradable zumbido. Deje que los cálidos rayos del sol lo acaricien y deje que sus papilas gustativas disfruten de uno de los vinos Briš, mientras se relaja mirando los florecientes huertos frutales.