Guarda las emociones, los sentimientos, las suposiciones. Elimina las cosas innecesarias que te empujan a tomar malas decisiones.
No puedes ser perfecto, por mucho que te esfuerces por mejorar tus cualidades y construir las que te faltan.
No empieces con la suposición de que hay algo mal contigo y que no eres lo suficientemente bueno. A partir de este punto, puedes pasar del conflicto interno al externo, ya que estarás constantemente en conflicto contigo mismo y con todos los que te rodean.
Si te esfuerzas constantemente por construir la estabilidad mental para ser valiente, fuerte, confiado y un imán para el sexo opuesto, probablemente terminarás siendo una persona dañada emocionalmente tarde o temprano.
No se puede evitar e ignorar la importancia de las emociones. Puede funcionar bien en el caos y el desorden, pero el caos emocional es algo completamente diferente. Allí no escuchas más que zumbidos y no sientes más que picaduras, miedo y dolor.
Si tratas de volverte invulnerable, es como estar con una armadura todo el tiempo, incluso cuando duermes. No puedes relajarte con tu armadura puesta, por lo que no puedes crecer y desarrollar tus habilidades si evitas los sentimientos.
No se puede crecer sin desorden emocional. Sin caos y sin control.
¿Qué puedes hacer?
Aceptate a ti mismo
Acéptate a ti mismo y a tus pensamientos y sentimientos, este es el primer paso del crecimiento personal. Cuando acepte quién es, reconozca sus debilidades y defectos, podrá apreciar su valor como activo. Y podrás fortalecer tus debilidades o incluso transformarlas en fortalezas de las que sacar sabiduría.
Deja de negar y descartar las emociones que te molestan. Deja de huir de tus miedos. Enfréntate al sentimiento de culpa y trata de comprender que esa no es toda la verdad.
El sentimiento de vacío proviene de la necesidad de comodidad, seguridad, validación, y ninguna cantidad de intensidad emocional lo cubrirá. Nadie te consolará ni te dará lo que necesitas. Tú decides por ti mismo lo que quieres para tu vida.
Organizar
Como una gran limpieza: divide tus emociones, el entorno y los pensamientos en dos montones. Uno debe tener lo que quiere conservar y el otro lo que necesita deshacerse. Cuando vea lo que necesita y lo que no necesita, verá lo que está drenando su energía.
Guarda todo lo que te fortalece y te eleva y desecha todo lo que te lastima y te lastima. Lo más difícil es darte cuenta de que no quieres tirar algunas cosas innecesarias y onerosas (patrones de comportamiento, personas, reacciones, hábitos) porque estás apegado a ellas, aunque te agoten y te empujen al fondo.
Reúna el coraje para dejar ir lo que no necesita, sin importar cuán acostumbrado o apegado esté a ello. Por cada pequeño movimiento, obtendrás una sensación de ligereza y libertad.
No luches contra todo
Baja tu guardia interior. Toma los golpes de la vida. Caer. Deja ir tu orgullo, es un equipaje increíblemente pesado. En lugar de pelear, elige valor, libertad, nuevas experiencias...
Cada pelea es básicamente una pelea contigo mismo. ¡No querrás pelear contigo mismo! ¡Será mejor que crezcas!