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La música como medicina - 10 problemas que la música puede curar

La música como medicina.

La música es una cosa maravillosa. Puede hacernos felices, puede hacernos querer bailar, pero al mismo tiempo nos permite escapar del mundo real por unos momentos. Pero la música no es "sólo" eso. La música es una medicina científicamente probada. Deja una impresión en nuestro cerebro que es más profunda que cualquier otra experiencia humana. Entre otras cosas, la música puede mejorar la memoria de los pacientes con demencia y ayudarlos a desarrollar nuevos recuerdos. Veamos qué puede curar la música.

La música es una medicina eficaz y puede curar muchas cosas. Veamos cuáles.

1. Bajo peso al nacer.

Los bebés que nacen prematuramente tienden a requerir estadías más prolongadas en el hospital, donde se les ayuda a ganar peso y fuerza. Para facilitar este proceso, muchos hospitales ponen música. Un grupo de investigadores canadienses descubrió que tocar música a los bebés prematuros reduce sus niveles de dolor y fomenta mejores hábitos alimenticios, lo que a su vez los ayuda a aumentar de peso. Los hospitales usan música que imita los latidos del corazón y el útero de la madre para ayudar a los bebés prematuros a dormirse más fácilmente. Los investigadores también afirman que tocar Mozart reduce significativamente la cantidad de energía que usan los bebés, por lo que aumentan de peso.

2. Plantas caídas.

Dorothy Retallack escribió el libro The Sound of Music and Plants en 1973, donde examina en detalle el efecto de la música en el crecimiento de las plantas. Dorothy tocó música rock a un grupo de plantas y música tranquila y fácil a otro grupo de plantas. Al final del estudio, las plantas del segundo grupo tenían un tamaño uniforme, estaban llenas y verdes, e incluso se inclinaban hacia la fuente de la música. La música rock "obligó" a las plantas a crecer altas, pero estaban caídas, con hojas descoloridas y se alejaban de la fuente de la música.

3. Las devastadoras consecuencias del daño cerebral.

Algunos investigadores usan la música para tratar lesiones cerebrales porque estimula áreas del cerebro que controlan el movimiento y el habla. Al reproducir música con un ritmo para caminar y bailar, las personas con problemas neurológicos, como accidentes cerebrovasculares o enfermedad de Parkinson, pueden recuperar la sensación de equilibrio y paso simétrico. El ritmo de la música puede servir como una señal para que el cerebro tome medidas.
Del mismo modo, el ritmo y el volumen del sonido pueden ayudar a los pacientes a cantar aquellas palabras que no pueden pronunciar. Un estudio de niños autistas que no hablan confirmó el impacto positivo de la musicoterapia en la pronunciación de palabras. Algunos de estos niños pronunciaron sus primeras palabras con la ayuda de la terapia.

4. Pérdida de audición.

La música no puede curar la pérdida auditiva, pero puede prevenirla. Un estudio de 163 adultos, 74 de ellos músicos, evaluó la audición de los participantes a través de una serie de pruebas auditivas. Los músicos así escucharon mejor que el resto. Un músico de 70 años entendió mejor el habla en un ambiente ruidoso que un hombre de 50 años que no toca música.

5. Un corazón dañado.

No, no estamos hablando del daño al corazón que trae el amor. Estamos hablando del daño cardíaco que se produce después de un infarto. La música puede ayudar a los pacientes que se recuperan de un ataque cardíaco o una cirugía cardíaca al reducir la presión arterial, disminuir la frecuencia cardíaca y reducir la ansiedad. Como medida preventiva, podemos intentar escuchar música o canciones “alegres” que nos hagan sentir mejor. La investigación muestra que escuchar canciones que evocan una sensación de alegría conduce a una mejor circulación y dilatación de los vasos sanguíneos, lo que a su vez promueve la buena salud de nuestras venas.

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6. Mala condición deportiva.

Un estudio de 2005 realizado en Gran Bretaña encontró que escuchar música durante la recreación puede aumentar el rendimiento deportivo hasta en un 20 por ciento. Esto es más o menos equivalente al impulso que algunos atletas encuentran en las drogas ilegales para mejorar el rendimiento. Para obtener los mejores resultados, intente escuchar música de ritmo rápido durante el entrenamiento intenso y canciones más lentas durante el enfriamiento.

7. Adolescentes arrogantes.

En un estudio de 2008, el investigador Tobias Greitemeyer quiso examinar cómo las letras de las canciones afectan las actitudes y el comportamiento de los adolescentes. Así, expuso a un grupo de adolescentes a canciones de "conciencia social", canciones con un mensaje positivo, como Michael Jackson y Heal the World. Señaló al segundo grupo con un mensaje "neutral". Los investigadores del estudio luego "accidentalmente" volcaron un contenedor de lápices. El grupo que escuchó las canciones positivas inmediatamente se apresuró a ayudar y recogió cinco veces más lápices que el otro grupo.

8. Analfabetismo.

Un estudio de 2009 que comparó dos grupos de niños de segundo grado con características demográficas similares encontró que aprender música mejoró las habilidades de lectura. La única diferencia importante entre los dos grupos fue que a un grupo se le enseñó notación, lectura musical y otras habilidades, mientras que al otro grupo no. Cada grupo fue evaluado antes y después del inicio del año escolar. Al final del año, los resultados mostraron que las habilidades de lectura del segundo grupo mejoraron ligeramente, mientras que los niños con educación musical lograron un nivel de alfabetización significativamente más alto, especialmente en las pruebas de vocabulario.

9. Malas ventas de alcohol.

Un estudio de 1999 demostró que tocar canciones alemanas impulsó las ventas de vino alemán, y tocar canciones francesas impulsó las ventas de vino francés. Los clientes dijeron que no tenían idea de qué música se estaba reproduciendo.

10. El esnobismo del vino.

¿Alguna vez has comprado una botella de vino con una recomendación musical? Bueno, los fabricantes de vino barato podrían querer considerar esta táctica. Un grupo de investigadores dice que ciertos tipos de música mejoran el sabor del vino hasta en un 60 por ciento. En el estudio, los bebedores de vino calificaron el vino blanco como un 40 por ciento más refrescante cuando escuchaban música rápida y "refrescante" (Nouvelle Vague, Just Can't Get Enough) mientras bebían el vino. El sabor del vino tinto estuvo acompañado por los ritmos de Carl Orff y Carmina Burana, razón por la cual el vino fue calificado como un 60 por ciento más "fuerte y pesado".

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