En todo matrimonio, incluso en el más fuerte y feliz, surgen problemas. Casi todas las relaciones llegan a un punto en el que ambos sienten que falta algo y comienzan a buscar formas de llenarlo.
Con el tiempo, las preocupaciones cotidianas alejan la emoción inicial y, tarde o temprano, también nos encontramos con las decepciones que puede traer el matrimonio. Algunos son más pequeños, otros son más grandes y más difíciles de resolver. En el matrimonio, lo único que importa es que los socios solucionen los problemas sobre la marcha. ¿Cómo sabemos que un matrimonio está en problemas? Hay muchas señales que muestran que debemos comenzar a salvar nuestro matrimonio lo antes posible antes de que sea demasiado tarde.
Ansiedad y estrés
Si sientes que la ansiedad, el estrés y el miedo surgen cuando estás cerca de tu pareja, esto es una señal de que algo anda mal. Todo esto puede traerle problemas comunes como dolor de cabeza, dolor de estómago, problemas de insomnio. Si la relación no te conviene, el cuerpo reaccionará.
Un sentimiento de soledad
Te sientes solo incluso cuando estás junto a tu pareja. Cada relación trae este sentimiento, pero si sucede con demasiada frecuencia, vale la pena examinar por qué es así. Esta es una señal de que no te estás abriendo en tu matrimonio, o que tus intentos de reconectarte y hacer las paces están fallando. Sentirse solo es un signo de separación física y emocional. Debe hacer un esfuerzo para hacer las paces y volver a conectarse o las cosas empeorarán.
Ignorando y discutiendo sobre cosas pequeñas.
El conflicto es una parte natural de cualquier relación. Ser honestos el uno con el otro cuando se quiere comunicar un problema es una señal de madurez y de una relación sana. Las parejas que no saben esto esconderán los problemas debajo de la alfombra o se gritarán el uno al otro. El problema es discutir en exceso, pero también ignorar los problemas. Una evitación general del conflicto puede indicar que uno o ambos socios no se sienten seguros para iniciar la resolución de problemas. Evitar los conflictos a corto plazo conduce al resentimiento a largo plazo y, en última instancia, al divorcio. Esta es la causa principal del "síndrome del compañero de cuarto", donde las parejas se llevan bien pero no sienten una conexión íntima.
hablar de dinero
Muchas veces las parejas tienen diferentes mentalidades y prioridades cuando se trata de finanzas. Uno quiere gastar, el otro quiere ahorrar, uno quiere abrir una cuenta conjunta y el otro quiere mantener las finanzas separadas. Pero la forma en que una pareja resuelve tales problemas dice mucho sobre su relación. Sí, el dinero puede ser un tema delicado y los problemas de dinero son bastante comunes en el matrimonio. De hecho, el dinero casi siempre aparece como la principal razón por la que una pareja se divorcia. Por lo tanto, es bueno hablar de esto con la ayuda de un terapeuta.
Ofensividad
Es divertido cuando ambos bromean sobre el otro. Sin embargo, si sientes que tu pareja se queja constantemente o pone los ojos en blanco constantemente ante tus comentarios y te insulta, esto puede disminuir tu autoestima. Burlarse e insultar a alguien puede indicar una falta de respeto más profunda o un desequilibrio de poder. Esto puede generar resentimiento y desprecio por la persona con la que está casado. No se trata de tu hipersensibilidad, se trata de una presión que no deberías sentir.
Eres un terapeuta, no un cónyuge.
La ventaja de una relación íntima es que ambos miembros de la pareja se apoyan el uno al otro con varios consejos y tienen apoyo emocional. Sin embargo, su pareja no debe utilizarlo como sustituto de un terapeuta ocupacional, especialmente si está lidiando con problemas de salud mental o una crisis de vida. Ya sea que se trate de cambios de humor o estrés, ser el terapeuta de su cónyuge a diario puede ser agotador. Por supuesto, siempre apoyarás y ayudarás a tu pareja, pero algunas cosas aún deben dejarse en manos de los expertos.
Te cuesta tomar decisiones
Si te sientes incapaz de tomar decisiones, grandes o pequeñas, esto podría ser un signo de inestabilidad en la relación. Sobre todo si tu pareja se ha puesto por encima de ti y te trae inseguridad. Un buen ejemplo es cuando decides a dónde ir de vacaciones, no puedes llegar a un compromiso e incluso te quedas en casa. Esto podría ser una señal de que, sin saberlo, están saboteando tu relación porque no entienden lo que te hace feliz.