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¿Por qué a menudo queremos a una persona que no está disponible?

La fruta prohibida es la más dulce: ¿por qué queremos a esas personas que nunca podremos tener?

Las frutas prohibidas (o inalcanzables) son las más dulces. Y esta regla se confirma una y otra vez en el reino del amor. El sentimiento de estar enamorado es aún más fuerte cuando alguien no está disponible. ¿Y por qué es eso? ¿Por qué queremos a esas personas que nunca podremos tener?

¿Por qué es a menudo una persona inalcanzable es cien veces más atractiva a nuestros ojos, ¿cómo sería ella si pudiéramos tenerla? La inaccesibilidad es como especia mágica, que nos convence de que queremos esas cosas/personas mucho más y hace que sea imposible para nosotros tener nuestros pies en tierra firme. ¿Cómo funciona entonces nuestro cerebro?

¿Por qué queremos a esas personas que nunca podremos tener?

Nos gusta la sensación de perseguir a alguien.

A algunas personas les gusta la sensación de ser perseguidos. Les gusta la elusividad, el esfuerzo que tienen que hacer y la alta dosis de hormonas que llega cuando una persona se ablanda un poco.

Muchas veces nos gusta que la persona no nos deje acercarnos demasiado.
Muchas veces nos gusta que la persona no nos deje acercarnos demasiado.

Creemos que somos dignos si tenemos éxito.

Muchos de nosotros, consciente o inconscientemente, necesitamos luchar por alguien solo para confirmar que es lo suficientemente digno. Si consiguen a alguien que inicialmente no mostró interés, es una fuente de validación importante.

Alimentamos nuestro ego.

Del mismo modo, a veces queremos a alguien que no podemos tener, no porque anhelemos a esa persona en particular, sino porque en silencio queremos alimentar nuestro propio ego.

Nos atrae la falta de fiabilidad.

Si queremos a alguien que no podemos tener, hace que nuestras vidas sean mucho más emocionantes. Especialmente si esa persona está algo involucrada en el coqueteo de todos modos, pero nunca se compromete por completo. ¿Quizás nos gusta la sensación de nunca saber qué pasará mañana?

Cuando una persona cede un poco, el sentimiento es divino.
Cuando una persona cede un poco, el sentimiento es divino.

Nuestra imaginación tiene rienda suelta.

Cuando una persona no nos deja cerrar, podemos pintar nuestra propia versión de esa persona en los huecos que se llenarían con una información clara y correcta en cualquier otra relación. Entonces podemos anhelar alguna fantasía propia y no tanto para esa persona.

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