A veces eres tóxico. En lugar de culpar a las personas que te rodean o al universo, a veces tienes que asumir la responsabilidad de tus propias acciones. Tienes que mirarte al espejo y darte cuenta de que últimamente no has dado lo mejor de ti, no has alcanzado todo tu potencial.
Esto no significa que debas empezar a odiarte por todo lo que has hecho mal. Tampoco significa que debas hablar sobre lo que hiciste mal. Simplemente significa que debes trabajar en cómo cambiar tu comportamiento.
Cuando te das cuenta de que has cometido un error y estás decepcionado, en realidad es algo bueno porque ves tus propios rasgos tóxicos.
El primer paso para cambiar es reconocer que hay un problema
Una vez que sepa que hay algo en lo que necesita mejorar, puede comenzar a trabajar para mejorarse a sí mismo. Puedes tomar las medidas necesarias para convertirte en una mejor persona.
A veces eres tú quien necesita cambiar, aunque te cueste verlo
Es más fácil culpar a otras personas y circunstancias por sus problemas. Pero a veces eres parte del problema: tú. Si cuelgas el teléfono porque alguien te hace enojar, puedes culparlo por tu enojo. Pero solo usted tiene la culpa de reaccionar a su ira.
Es posible que no puedas controlar cómo te sientes cuando alguien te lastima, pero usted tiene control total sobre las acciones que toma en respuesta a estos sentimientos. Tienes más poder del que te permites darte cuenta.
Si bien nunca es una mala idea trabajar en ti mismo, debes hacerlo porque quieres, no porque alguien más te haya convencido de que algo anda mal contigo e insistido en que tú eres el problema.
A veces, las personas tóxicas se niegan a asumir la responsabilidad de sus acciones. A veces te manipularán para que sientas que eres tú quien necesita cambiar, a pesar de que ellos fueron la fuente del problema.
No escuches a nadie que diga que eres demasiado emocional
Pueden estar escondiéndose detrás de sus palabras. Es posible que estén tratando de cambiar la situación, de manera que puedan culparte, solo para no tener que molestarse en pensar en sí mismos.
A veces hay problemas reales.
A veces ambos pueden ser el problema. Tú y la otra persona. Quizás ambos tengan fallas que deberían cambiarse. Puedes actuar como tu peor enemigo, pero es peligroso asumir que todos están en tu contra.
Sé consciente de ti mismo
Debes darte cuenta de que tienes buenas y malas cualidades, debilidades y fortalezas. No eres perfecto, cometes errores y si los admites y aprendes de ellos, has crecido como persona.